CAPITULO VIII

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Mi Destino

5 de noviembre de 1957, 10:36 am

Gente conversando, sonidos de pasos, pájaros silbando, niños riendo, unos cuantos perros ladrando.

Sobre la espalda de Ethan se sentía áspero y húmedo igual que como se siente el pasto, su mente divagaba por aquel recuerdo del día en que preguntó en clase si viajar por el tiempo era posible, hasta que repentinamente y de forma brusca al escuchar todo lo que había a su alrededor y sentir sobre lo que estaba tumbado, se levantó y miró a su alrededor -"¿dónde estoy?, ¿qué ha pasado?"- se dijo a si mismo mientras inspeccionaba su alrededor y veía gente vestida muy distinto a como el solía verla, digamos que estaban un tanto formales , tiendas con un estilo bastante clásico y antiguo, calles y banquetas muy limpias y bien cuidadas después miró su cuerpo para asegurarse de que no tuviera ninguna herida.

Pero cuando por fin decidió levantarse del todo e inspeccionar más cautelosamente, de pronto y de la nada le vino una ola de recuerdos intensos sobre el Aurora-15, el agujero negro, el campo de flores y todo lo que acababa de pasar pero inmediatamente intentó calmarse pero por mucho esfuerzo que hacía, el pánico lo invadía aún más, hasta que, desesperado corrió hacia un bote de basura que vio ahí cerca para, ya saben, expulsar lo que fuera que le estuviera causando estribos en el estómago, pero antes de que una tragedia invadiera al pobre cesto de basura algo hizo que Ethan volteara la mirada hacia una tienda de artículos domésticos de donde salía una familia poco numerosa específicamente compuesta por 4 integrantes, el primero que alcanzó a ver fue un señor robusto y alto con una mirada amenazadora seguido de una mujer con un vestido bastante fino y muy bien bordado, detrás de ellos iba saliendo un chico delgado igual de alto que el primer hombre que salió, muy extrañamente aquellas tres personas Ethan sentía haberlas visto antes, aun así al final, antes de que la puerta de la tienda se cerrara, una mano la detuvo suavemente para volverla abrir y justo después salió una hermosa chica que al instante hizo que Ethan sintiera como el cuerpo se le entumía en una fracción de segundo, el conocía a esa mujer, había sentido exactamente la misma sensación antes. Cuando la chica decidió levantar su rostro, era ella, la señorita Lara Walker, la foto que había visto antes sobre ella no era para nada justa con la chica que retrataba, era aún más hermosa sin duda alguna, Lara llevaba puesto un vestido color blanco de seda, entallado al torso y holgado desde la cintura hasta los pies, igual a un vestido de coctel clásico con corse, encima de sus hombros tenía un lindo reboso color negro bordado a mano que la hacía lucir preciosa, su color de piel era cálido y frio a la vez, no había ni una gota de maquillaje en su cara y no le hacía falta, su cabello lo llevaba recogido hacia atrás con una pequeña coleta perfectamente sostenida por un pasador de estilo clásico y muy elegante, pero, lo más hermoso eran sus ojos, los cuales Ethan no había tenido la oportunidad de apreciar realmente como eran, unos ojos café claro perfectamente alineados y de pequeño tamaño que reflejaban una belleza interior indescriptible, la mirada era apasionada y llena de esperanza a pesar de que el resto de su lenguaje corporal reflejaba incertidumbre e incomodidad.

Ethan, motivado por la idea de creer que estaba viviendo un sueño o en definitiva estaba muerto y se encontraba en el cielo con el ángel más hermoso que nunca nadie había visto, se olvidó por completo del cesto de basura y el pánico desapareció de su mente llevándolo a caminar hacia ella, Lara estaba a escasos pasos de Ethan, el solo tenía que cruzar la calle pero antes de que pudiera estar frente a ella, Lara volteó la mirada hacia él, lo que llevó al cerebro de Ethan a quedarse nuevamente pasmado y la sensación de entumecimiento que había sentido hace un momento no estaba comparada con la que estaba sintiendo en ese preciso instante, Lara se tocó el pelo con una de sus finas y lindas manos y se quedó mirando fijamente a Ethan, su lenguaje corporal cambió drásticamente al ver que un chico de apariencia curiosa estaba cerca de ella, pero había algo muy importante que ninguno de los dos notaron y es que Ethan ahora estaba a media calle completamente expuesto a que un conductor distraído lo arrollara, pero a él no le importaba en lo absoluto y siguió caminando de forma lenta y temblorosa, los autos comenzaron a sonar el claxon estruendosamente pero él hacía caso omiso de ellos solo no podía dejar de ver a Lara, la cual al ver que había un chico atontado que no podía dejar de verla desde media calle, soltó una pequeña risita que posteriormente se convirtió en una sonrisa a secas sobre su linda cara, lo que empeoró el entumecimiento de Ethan, hasta que por fin cruzó la calle y estuvieron frente a frente, ella dejó de esbozar la sonrisa y Ethan dejó de temblar, Lara lo miró fijamente con duda y misterio y antes de que él pudiera decirle algo ella giró un poco su cabeza y con una voz suave y tierna soltó una pregunta que el jamás olvidaría

–"¿Eres acaso mi destino?"-

Ethan comenzó a tener muchas preguntas en su cabeza y su cerebro maquinó cien posibles respuestas, pero su corazón simplemente lo obligó a decir

- "Si"-

Ambos se volvieron a quedar completamente callados hasta que Lara intentó decir algo más y digo "intentó" porque antes de que soltara la primera palabra una voz ronca y grave gritó –"¡Lay es hora de irnos!"- inmediatamente se rompió por completo la magia del momento he hizo que Ethan volteara la vista solo para darse cuenta de que se trataba del señor Henry Walker, una persona más a la que la foto que había visto no le hacía justicia en lo absoluto, era más alto de lo que esperaba sin duda, a lado del señor Walker también logró distinguir al jovencito Ostin Walker el cual era el único que se veía igual que en su foto y a la mujer Emily Walker que traía un semblante igual de misterioso que el de su esposo, ahí estaban todos, era la familia que había visto salir de la tienda.

Lara, que se sentía muy apenada por el momento, bajó la cabeza y dijo –"Disculpe usted, he de retirarme, espero no haberlo molestado"- Ethan que rápidamente dirigió su mirada de vuelta a Lara dijo –"¿Molestia? ¡Jamás! La belleza de sus ojos me ha cautivado tanto que ahora su ausencia sería mi perdición" -Lara esbozó una muy pequeña sonrisa para después decir - "No diga eso por favor, no le conozco y le pido se aleje de mí, como le comenté hace un instante, he de retirarme"- replicó Lara y antes de que el pudiera hacer o decir otra cosa ella le dio la espalda y se marchó calle arriba mientras se escuchaba al señor Walker llamándola de nuevo. Ethan ya solo pudo ver como la familia se alejaba cada vez más hasta subirse a su auto y marcharse, no sin antes notar que Lara, la cual estaba sentada en el asiento trasero del auto, lo volteara a ver de nuevo con los mismos ojos de duda y misterio mientras que en el resonaba la pregunta que le había hecho –"¿Eres acaso mi destino?"- hasta que el auto se alejó por completo y ya no pudo seguirla más con la mirada.

Amor a la Velocidad de la LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora