CAPITULO XXV

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Amor roto

6 de julio de 1952, Amherst, Massachusetts, cafetería del pueblo, 10:24 am.

A pesar de que Ostin nueve años atrás les declaró a sus padres el profundo odio que sentía por ellos, aún vivía en la misma casa por una simple razón; su hermana, tenía la terrible preocupación de que algo como lo que sucedió aquella vez volviera a pasarle a ambos, sin embargo intentaba pasar el mayor tiempo posible lejos de sus padres sin siquiera dirigirles una palabra, cada mañana iba a la cafetería que estaba en el centro de Amherst, la misma cafetería en la que Ethan conocería a sus abuelos años más tarde. Aquella mañana 6 de julio, igual que todos los días asistió y pidió lo de siempre un café negro y amargo, se sentó en la misma mesa de siempre y se dispuso a tomar su café. Desde hace unos meses Ostin notaba algo extraño siempre que tomaba de su café, sentía que era observado constantemente por una mujer que se aparecía todos los días en la cafetería a casi la misma hora que él y no dejaba de mirarlo por varios minutos, eso hacia que él se sintiera incomodo, pero no por ser acosado si no porque la mujer que siempre lo veía le parecía atractiva y eso lo ponía bastante tímido.

Justo esa mañana pasó de nuevo lo mismo, la mujer entró a la cafetería pidió su orden y se sentó cerca de él, solo que esta vez Ostin se decidió a hablarle por fin, se levantó de su mesa y se acercó con confianza –"Hola ¿Qué tal? Me llamó Ostin"- dijo mientras se ponía a lado de ella –"Hola, mucho gusto"- respondió ella –"Disculpa, siempre te veo por aquí y algunas veces notó que tenemos cierta interacción visual y me preguntaba si te gustaría conocernos, te invitó un postre ¿Qué te parece?"- dijo Ostin entusiasmado –"Claro, no veo porque no"- replico la mujer mientras Ostin le pedía al mesero dos rebanadas de pastel y otra café –"Oye esto es muy lindo de tu parte, espero no haberte hecho sentir incomodo por mirarte tanto, la verdad es que siempre que te veo por aquí pareces estar muy serio y pensativo y eso me resulta cautivante" – mencionó la mujer después de que Ostin se sentara frente a ella –"No tienes por qué disculparte, debo admitir que muchas veces fue raro pero aun así hizo que también me sintiera cautivado"- replicó Ostin y ambos comenzaron a platicar y a conocerse por un buen rato –"¿Estás diciéndome que tu apellido es Walker, quieres decir que eres hijo de Henry Walker, el hombre más rico de todo Amherst?"- preguntó la mujer –"Así es, aunque eso no me enorgullece mucho"- respondió Ostin –"¿Y eso porque?"- replicó la mujer –"La verdad es que prefiero no hablar de eso, mejor háblame de ti ¿cuál es tu nombre?"- preguntó Ostin. Así se la pasaron por otras cuatro horas, hablaron de prácticamente todo y se conocieron aun más de lo que ellos esperaban.

-"Ostin ¿qué te motiva en la vida?" preguntó la mujer –"Jamás me había hecho esa pregunta, mi vida hasta ahora ha sido un tremendo vacío, una serie de trágicos sucesos que parecen no tener fin y que solo alimentan aún más el odio hacia mis padres, algunas veces me asusta lo que siento, el odio y la ira son tan grandes que me he olvidado de vivir desde hace tiempo, aunque creo que ya se la respuesta a tu pregunta, mi hermana, es ella la que me motiva a vivir, es la única por la que sigo en este pueblo de porquería, la única por la que la idea de morir me asusta, implicaría dejarla sola y eso no lo deseo, solo quiero protegerla y amarla para siempre"- respondió Ostin –"Sabes, me sucede lo mismo, mis padres son unos completos idiotas, mi familia me detesta solo porque no encajo en sus creencias ni en su forma de vivir a mi lo único que me motiva a seguir es la esperanza de encontrar amor, formar mi propia familia y escribir mi propio futuro, haría lo que fuera por ello"- añadió la mujer –"¿Amor? ¿aun crees en eso?"- preguntó Ostin –"Pues claro, el amor es lo único que vale la pena en este mundo, por ejemplo, has dicho que tu hermana es la razón por la cual sigues aquí ¿eso no es acaso porque la amas? ¿no es amor?" – replicó la mujer –"Si, pero es amor de familia, el amor al que te refieres es hacia un completo desconocido, una pareja, una relación, eso no existe para mi"- mencionó Ostin –"Yo no estaría tan segura de eso, yo aún creo que el amor existe y puede estar en cualquier lado y siendo sinceros, ahora mismo siento que esta frente a mis ojos"- replicó la mujer, Ostin se quedó pasmado y comenzó a sentir una sensación diferente en él, la misma sensación que negaba hace un rato.

Justo antes de ser las tres de la tarde, Ostin ya tenía que marcharse, pidió la cuenta y dio las gracias a la mujer por ese largo y entretenido rato que pasaron juntos, pero justo antes de que él se levantara de la mesa, la mujer se abalanzó hacia él y lo besó apasionadamente –"¿Pero qué has hecho?" -preguntó Ostin –"Darle de nuevo una oportunidad al amor para probar que te equivocas" – respondió la mujer y Ostin se acercó lentamente a ella y la besó de nuevo dejándose llevar por primera vez –"Has tenido razón, me he equivocado" – mencionó Ostin –"Te lo he dicho, ahora tienes un nuevo amor por cual vivir, nos veremos luego, adiós Ostin" y la mujer se levantó de la silla, tomó su abrigo y se dirigió a la salida.

- "Adiós... Blanca"- mencionó Ostin.

Amor a la Velocidad de la LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora