Capitulo 37 - Una realidad que se siente muy real

7 2 0
                                    

Estábamos parados en la cima de la gigantesca montaña, todos nos quedamos paralizados al escuchar tales palabras, y al ver como Samael, el cual estaba parado enfrente de una gran puerta la cual llevaba al interior del primer anillo, se volteo y camino hacia el interior.

La puerta se abrió automáticamente dejando pasar a Samael, cerrándose la puerta detrás de el apenas paso a través de ella.

Me quede en shock, con tan solo observarlo mi cuerpo se congelo, experimente algo el cual me era complicado de reconocer, hacia mucho tiempo que no sentía tal sensación, era algo simple, y a la vez difícil de explicar.

Tenía miedo...

*****

Después de unos minutos, finalmente nos logramos mover y el miedo dejo nuestros cuerpos, bajando la montaña lentamente, sin saber que nos esperaba más adelante.

Estábamos en frente de una gran puerta de piedra, tallada de diseños al azar, ninguno era parecido a otro, eran muy diferentes entre sí.

Después de un rato parados en frente de esta, finalmente nos decidimos por intentar abrirla y entrar. Me acerque paso por paso a la puerta, y apenas intente abrirla, esta se abrió sola dándonos paso al interior del anillo.

Dimos un paso adentro de este, dejando a plena vista que estaba todo completamente llano, no tenia ninguna estructura, solo había pequeños montículos de tierra elevados al azar.

Había una neblina la cual no nos dejaba ver a una distancia muy lejana, solo nos dejaba ver y suponer que el final de este estaba muy, pero muy lejano.

Hasta ahora no habíamos dicho ninguna palabra, nadie había intentado hablar, simplemente comenzamos a caminar dentro de este lugar, sin saber que había más adelante.

Apenas después de unos segundos caminando y volteando a todos lados por precaución, una silueta de una persona se logró notar a través de la espesa niebla, rápidamente logramos notar que esta silueta no se movía, solo estaba estática.

"...Maldecidos... tendrán que pagar sus actos... tienen que sufrir lo mismo que todos ellos sufrieron..." Comenzó a hablar esta persona a la lejanía, con un tono cansado y desgastado "Bienvenidos a los anillos..."

"¿Qué?" Murmure viendo a la silueta la cual no se movía y simplemente continuaba hablando, no lograba distinguir nada de su cuerpo, solo se podía ver una simple silueta negra.

"Ryo... pecador... debido a todos tus actos... se ha decidido que tus castigos serán los siguientes..." Apenas la persona desconocida pronuncio mi nombre, sentí un escalofrió en todo mi cuerpo, sin embargo, continuó hablando rápidamente "...Ya no tendrás el poder de manipular la vida... la muerte es la muerte... y en este lugar tu no lo controlas..."

Inmediatamente logré entender a lo que se refería, aunque sus palabras no hayan sido precisas, pude entender perfectamente lo que quería decir, quería pensar que había entendido mal, pero era mas que obvio lo que significaba eso...

"Ya no podre volver a reencarnar..." Murmure con miedo queriendo estar equivocado, nunca había tenido tanto temor de que algo fuera cierto, lo único que me mantenía con determinación en este lugar era la idea de que en el caso de que muera, podría volver a la vida y volver a intentarlo hasta lograrlo.

"Eso es correcto... la vida es la vida... y la muerte es la muerte... después de la muerte... hay muerte... y después de la vida... también hay muerte..." Continúo murmurando la silueta.

Inmediatamente me voltee a ver a mis compañeros, los cuales tenían en sus rostros las miradas más traumatizantes que vi en mi vida, nunca las podre olvidar, no importa cuánto lo intente.

Ryo - El heroe de la reencarnaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora