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—¿Cómo le pusiste Oneesama?..—Pregunto el menor.

—Tsuki no ōkami.

—¿No te parece muy largo?.—Hizo una mueca de confusión.

—Podemos decire Tsuki..

—Es muy pequeño ¿Segura que podrás con el?.

—Creecera Konohamaru, solo es un cachorro por el momento.

—Oye hermana mayor.....¿No quieres decírme algo?.—Preguntó con timidez.

—Mmmmh no que yo recuerde....oh si,Udon y Moegi dijeron algo de verte en el área de entrenamiento.—Avise para después empezar a checar un libro.

—¿No hay nada más que quieras decirme?.—Pregunto triste.

—No, no por el momento, es mejor que vayas antes de que se te haga tarde.

—Bueno...—Murmuró triste saliendo de la casa.

El pequeño Tsuki comenzó a ladrar haciéndome despegar la vista del libro.

—¿Qué ocurre amigo? ¿Quieres algo?.—Pregunte confundida.—¿Qué es eso?.—Pregunte al ver que se acercaba con algo en la boca.

Al abrirlo note que era un calendario con la fecha de 30 de diciembre el cual estaba marcado con rojo "Cumpleaños Konohamaru"

—Mierda, como pude haberlo olvidado, gracias amigo.—Acaricie su cabeza.—Será mejor que busquemos un pastel para mi hermano y pedirle disculpas.

Tsuki y yo salimos corriendo en dirección a la alguna pastelería.

Después de buscar por varias pastelerías, finalmente encontramos una que tenía un pastel de chocolate con fresas, el favorito de Konohamaru.
Era el último que quedaba, así que lo compre rápidamente, y le pedi al pastelero que le pusiera una dedicatoria.
El pastelero nos dijo que esperáramos unos minutos, mientras él lo adornaba.

—Menos mal que lo conseguimos, Tsuki —Dije, aliviada—. Espero que Konohamaru me perdone por olvidarme de su cumpleaños.

—Guau, guau —Ladró Tsuki, asintiendo.

—Sabes, Tsuki, Konohamaru es muy importante para mí —Dije, con cariño—. —Por eso, quiero que sea feliz, Tsuki —Dije, con una sonrisa—

—Guau, guau —Ladró Tsuki, de acuerdo.

—Aquí está su pastel, señorita —Dijo el pastelero, entregándome una caja—. Espero que le guste.

—Muchas gracias, señor —Dije, agradecida—. Le ha quedado muy bonito.

—De nada, señorita —Dijo el pastelero, amable—. Que tenga un buen día, felicite al honorable nieto de mi parte.

—Vamos, Tsuki, tenemos que irnos —Dije, saliendo de la pastelería—. No queremos que se nos haga tarde.

—Guau, guau —Ladró Tsuki, siguiéndome.

Salimos a la calle, y nos dirigimos hacia donde estaba Konohamaru.
Yo llevaba el pastel con cuidado, y Tsuki iba a mi lado, vigilando que nadie se entrometiera en nuestro camino. Iba tan distraída, pensando en cómo pedirle perdón a mi hermano, que no me fijé por dónde caminaba.
Así que, cuando llegué a una esquina, choqué con alguien, y caí al suelo.
Por instinto, abracé el pastel con fuerza, tratando de protegerlo del golpe.
Por suerte, la caja amortiguó el impacto, y el pastel no se dañó.
Sin embargo, yo sí me lastimé el brazo y la rodilla.

Una Luz en tu mirada (Neji Hyūga y Tu) CONCLUIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora