๋࣭ ⭑ 𝘈𝘮𝘰𝘳 𝘧𝘢𝘭𝘭𝘦𝘤𝘪𝘥𝘰 ๋࣭ ⭑

Nuestro lugar.

Neptune, días después de lo ocurrido, comenzó a dar una vista atrás de todos los buenos recuerdos que había creado con Urano, recuerdos tan cristalinos y hermosos, que algún día fueron su propio deseo, pero que nunca se cumplieron.

Neptune extrañaba mucho a Urano, y, mientras que recordaba todos los buenos momentos, recordó que en un espacio definido de la órbita de Urano estaban todos los obsequios y momentos que creó con este, tales como poemas, pinturas, fotos, ect... Así que, adolorido y agotado de todo lo que le estaba pasando, Neptune se levantó y fue hasta la órbita de Urano, mientras que sus pensamientos eran todo un hilo, uno con un nudo muy grande que intentaba deshacer.

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Neptune sabía que quizás estaba mal ir a visitar a la órbita de Urano después de tanto tiempo que ha pasado sin verlo ni escuchar de el, pero también debemos de entender de la desesperación de Neptune, quizás, visitar el lugar donde estaban la mayoría de sus recuerdos maravillosos que hizo con Urano, quizás, solo quizás, sea realmente la solución ante todos sus problemas.

Neptune, luego de un largo viaje, finalmente, llegó. Apenas vió todas las cosas en su lugar, sus ojos azulados y algo congelados de tanto llorar, se volvieron lagrimosos. Neptune entraba en un shock fuerte al ver y recordar todos los buenos momentos que creó con su mejor amigo. Neptune sentía una punzada en su núcleo, ahora no era por la tristeza, era por la infinita alegría por la cual estaba pasando.

Neptune, luego del shock, con los ojos más cristalinos que nunca, corrió hasta los objetos, que quizás para algunos no tenga valor alguno, pero Neptune sentía que estos objetos valían oro, diamantes, e igualmente no alcanzaba para definir lo importante que eran para el, tan inefable este sentimiento de Neptune. Lo hacía llorar, otra vez.

Neptune, débil y llorando sus famosos hielo, abrazó una de las pinturas que le hizo Urano meses atrás, mientras que su núcleo volvía a experimentar la alegría después de tanto tiempo.

Entre sollozos melódicos y tiernos, Neptune sintió la presencia de alguien, el aroma que desprendía este ser era demasiado familiar, ¿Era siquiera posible de que...?

Neptune se dió la vuelta, con sus ojos azulados demasiado cristalinos y algo congelados, y, aún que ya no podía ver correctamente, pudo reconocer la silueta de aquel ser que estaba presente detrás de él.

-- ¿Neptuno? ¿E-eres tu? -- habló finalmente el ser tan familiar, su voz suave y agradable solo podía pertenecer a un solo ser: Urano.

Urano, casi llorando, se quedó en shock, la apariencia de Neptune había cambiado drásticamente, las heridas abiertas azuladas de Neptune en su brazo le llegaban a su núcleo. (Un dato que se me olvidó mencionar, la sangre de Neptune es de color celeste/azul)

Neptune volvía a sufrir un shock, no podía creer que finalmente volvía a escuchar la dulce y suave voz de Urano.

Neptune, sin pensarlo más, se levantó rápidamente y corrió a abrazar a Urano, mientras que sollozaba con fuerzas en su hombro, hielo caía de los ojos cansados de Neptune, los mismo hielos que se iban flotando por el espacio vacío, aquellos llenos de sentimiento y emoción por Urano.