Mi hermana Raquel está obsesionada con Ares, uno de esos tres Hidalgo's, soy muy distinta a ella y creo que eso mamá lo sabe.
Vuelvo a casa con ella por ciertos susesos me llevaron a eso..
Nunca me imaginé hablar con alguno de los Hidalgo y menos q...
— Perdón por entrar así, pero realmente quiero saber todo de ti, no importa que tan complicado sea, no estás sola— menciona Apolo acercándose más a mi.
— Apolo por favor, lo que menos quiero son problemas y menos con tu Novia— digo intentando alejarme pero Apolo me toma del brazo.
— Ella y yo nunca tuvimos una relación, me di cuenta que no es mi tipo — sentí como un alivio al escuchar eso.
— No se ni que decirte— mencione algo apenada.
Se acerco nuevamente muy cerca que podía sentir su respiración.
— ¿y si me cuentas que paso el día de hoy mientras me vuelves a pintar?—
—¿Encerio?— menciono viéndolo a los ojos.
—¿Acaso no fuí un gran modelo?—
— Solo un poco— digo, y ambos reímos
Cierro la puerta de mi cuarto con seguro por si acaso, coloco nuevamente lo que necesitaré, Apolo me observa con detalle a cada cosa que haga.
Este chico si que sabe cómo ponerme nerviosa.
Coloque su cabeza de un lado, dejando ver un poco su perfil, desordene un poco su cabello.
— Te ves tan linda — menciono, y al momento me sonrojó — perdón, no quería decirlo en voz alta, o bueno si, ya no se que estoy diciendo — suelto una pequeña risa a su comentario.
— trata de fijar tu vista hacia ese escritorio porfavor — dije mencionado el escritorio, cuando volteé a verlo estábamos tan cerca que mi cuerpo tembló.
No se por que sentía que cada que nuestras miradas se unían miles de destellos comienzan a pasar por nuestros cuerpos.
Pero esto no debe de pasar, así que me separo antes de que quiera mandar todo por un tubo y besarlo.
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(Inspiración)
Comenzó a hacer a lapiz cada parte de su de su definida cara, sus labios era lo que más me gustaba detallar, ya que algo gruesos.
— y bien, ¿me vas a contar?—
— realmente quieres saber, puede que después de que te cuente quieras irte y créeme que no me sorprendería —
— Prometo no irme— dijo volteandome a ver, en sus ojos podía ver esperanza pero yo sé que nada es para siempre.
— no prometas algo que puedes romper en cualquier momento — mencione y le hice una seña para que volteara a ver el escritorio a lo que él obedeció — Te contaré pero cuando quieras irte solo dime, no voy a detenerte —
— Está bien, pero no creo que sea necesario —
— Okey, yo tuve una relación, al principio todo fue color de rosa, pero después de un tiempo empezó mi verdadera tortura —
Comienzo a contarle los malos tratos que recibí de él, de pronto dejo de dibujarlo y Apolo se acerca a mi para seguirme prestando atención. Continúo contándole gran variedad de nuestras peleas, siento los ojos llorosos por qué revelar gran parte de mi pasado no es nada sencillo.
