Ella nunca pidió enamorarse, ni tampoco lo esperaba.
Nami era fuerte, y por eso llevaba su dolor dentro. Ni siquiera se había permitido actuar diferente al día siguiente de aquel trágico rechazo; ella le había sonreído ingenuamente y le había dicho que no pasaba nada... Que no era nada serio y que seguirían siendo como hasta ahora. Pero a solas, a solas ella se derrumbaba.
Nami, en realidad, había llorado toda la noche con un silencioso llanto contenido. Durante días el corazón de la joven se agudizo y la hizo palidecer. Había aguantado de eso modo, deseaba que existiera alguien que la quisiera de verdad... solo por ser ella.
Quizá ella nunca fue suficiente buena para él. Hace pocos días, había llegado a pensar que solo no podía enamorarse aun, que no estaba preparado para amar todavía; no que fuera por ella. La desolación la dominaba de tal modo que la vida no pareció devolverle consuelo alguno porque solo le había permitido ese pensamiento pocos días; la había levantado un poco del pozo, para después empujarla aun mas profundo.
Porque había ocurrido algo que creyó imposible.
Él se había enamorado.
Un día de verano, había llegado al Sunny una chica muy agradable y linda en realidad. Y Luffy se veía más feliz y radiante que nunca, ella era la primera vez que lo miraba sonreír de una forma tan brillante. En un inicio dudó de que se tratara de amor lo que observaba en él, o simplemente no podía aceptarlo. Pero los días transcurrieron dolorosamente y comprendió por fin que el problema era ella. Él se había enamorado de aquella mujer afable y de carácter dulce; una chica que parecía haber resguardado su inocencia y dulzura entre algodones.
Nunca creyó que podía llegar a ser tan cruel, él solo llegó un día y le había preguntado que podía hacer tras haberle comentado como se sentía con aquella chica, y cuanto le gustaba. Él le había preguntado a ella entre todos los tripulantes del Sunny. Seguro, tan tonto como era no se le había cruzado por la cabeza que todavía Nami seguía resguardando bajo un candado de acero los sentimientos románticos por él. Por supuesto, él terminó de romper el poco corazón que le quedaba.
Ella, sin embargo se tragó las lagrimas y enterró su dolor porque no podía odiar al hombre que la salvó cuando conversaban sobre formas de agradarla, problemas y todo aquello que le preguntaba sobre el amor.
Alguno que otro miembro era bastante perspicaz y durante todo ese tiempo habían notado algo diferente en la navegante. Robin en mas de una ocasión se había encontrado con Nami durmiendo con restos de lagrimas en sus ojos. Y Zoro a pesar de estar casi siempre durmiendo sin ningún interés en todo y nada siempre mantuvo un sentido innato para todo tipo de problema que rodeaba el barco, y sabía que ella no sonreía en verdad. Ella podría engañar al resto pero no a él, no al tipo que la consideraba una odiosa hermana menor.
Poco después los demás también se habían dado cuenta. Ella ya no compartía las divertidas veladas en la proa ni los almuerzos con los chicos. Tampoco golpeaba a Luffy cuando hacía alguna tontería y su único consuelo habían sido los mapas y sus mandarinas.
Zoro había intentado hablar con él, hacerle saber que simplemente no podía ir y preguntarle ese tipo de cosas a Nami y las cosas se complicaron cuando Luffy vino y exclamó que se iban a casar, rogándole a Nami que sea su madrina de bodas, destruyéndola por completo.
Había sido Zoro el primero en hablar, diciendo que no lo haga. Y Robin la miró con mucha tristeza.
Así que días antes de la boda, ella le convenció que tenía que marcharse y Luffy explotó, es decir, en su cabeza no cabía la idea de que Nami se marchara y lo dejara solo en un día importante. Tuvieron una pelea acalorada donde Luffy se negó rotundamente a dejarla ir. Pero ella lo abrazó, su corazón quemando dolorosamente desde el fondo de sus entrañas diciéndole que era la navegante del Rey Pirata y que no iba a morir. Ella nunca le contó la verdadera razón sin saber si algún día lo volvería a ver.
Robin y Zoro sabían que se trataba de una despedida, y se preguntaron si algún día ella regresaría.
Los demás tripulantes esperaban que no lleve mucho tiempo. Sanji le prometió que cuidaría de sus mandarinos y Luffy le pidió que le escribiese todos los días y que saludara al viejo del molinillo. Le costaba dejarla marchar porque no podía soltarle del brazo. Quizá su conciencia le advirtió que pasaría mucho tiempo sin verla, después de todo Luffy se movía por instintos.
Sin poder evitarlo, lo abrazó de nuevo y le susurró un adiós que rasgo su alma y después desapareció al momento en que las olas y el mar se la llevaban.
Quiero aclarar que la idea no me pertenece, la historia original es "Fuerza de aguante" de clea everlasting sin embargo la autora no la termino así que la escribiré con mis ideas y la concluiré a mi forma inspirándome de esa linda historia. Aclaro esto para evitar cualquier inconveniente ❤️🤗
Pasaron muchas cosas y esto solo es el prologo! Espero leer aqui también sus comentarios, esta va a ser una historia llena de emociones después de su reencuentro. Esperen con ansias el primer capítulo 😺
¡Mucho amor para ustedes!
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Hurts. One Piece
FanficElla no podía ser sólo una amiga. Ella quería ser alguien especial para él.