Capítulo 4

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Al llegar a la sala de nuevo, Chiara estaba revisando su celular.

-Disculpame señora, pero hoy está pequeña se puso creativa a la hora del baño. - la dije mientras miraba a Lucía en mis brazos, ella tenía una sonrisa traviesa en el rostro, como si supiera lo que había hecho.

Cuando vi a Chiara, no me estabas viendo, sus ojos estaban clavados en algún punto de la habitación, decidí que era hora de terminar con esto.

Me encaminé al sofá frente a ella y me senté con mi hija en mi regazo, en ese momento ella pareció darse cuenta de mis piernas ya que sus ojos parecían examinarlas como si fueran mercancía haciéndome sentir un poco incomoda.

Era extraño tener la atención de una mujer sobre mí.

-Mire señora Oliver para empezar, la quiero pedir disculpas por todos los inconvenientes que la estoy causando. - ella solo me observa con una ceja enarcada.

Se ha quitado el saco y la corbata quedando únicamente en una camisa de botones, es increíble que aún así esté para comérsela...
No Violeta. Concéntrate.

Trago el nudo que se me está formando en la garganta y continuó hablando.

-Yo.... yo crecí en el pueblo de Lane en Dakota del Sur con Denna Howard, ella era mi mejor amiga, ambas nos mudamos a New York, ella para seguir estudiando y yo para trabajar pero...el plan se interrumpió cuando Denna se enamoró y quedó embarazada, su novio; el padre de Lucía la dijo que no se haría cargo del bebé, y sus padres la dijeron que tampoco querían saber nada de ella. Los Howard veían en Denna la hija perfecta y no la perdonaron el hecho de que quedara embarazada.

- El embarazo de ella los decepcionó.

- La negaron como hija. - la dije seria recordando esos momentos amargos. - así que juntas saldríamos adelante; pero durante el parto...hubieron complicaciones, lo último que me dijo fue... - a estas alturas de la historia tenía un nudo en la garganta. Recordar a Denna todavía era difícil.

Chiara me miraba atenta esperando a que continuara pero aún me dolía recordar todo eso, baje la vista para ver que mi pequeña Lucía ya se había dormido en mis brazos con su boquita un poco abierta.

-Lo último que me dijo fue que cuidara de su hija mientras descansaba, pero ella... ya no despertó, tuvo un paro pulmonar. Espero...espero que comprenda porque necesito proteger a Lucía. - la acaricio la cabecita con su mano. - Para mí, es mi hija y trataré todos los días de ser la madre que perdió.

Chiara se quedó en silencio parecía atormentada, lo que yo no comprendía en ese momento es el dolor que sintió al verme con mi hija y saber que esa pequeña niña tuvo una perdida igual a ella.

- Te necesitamos, si tú desmientes el compromiso... ella me perderá y soy lo más cercano a su verdadera madre que ella nunca tendrá - la dije esperando aplacar a su corazón.

Pero lo que yo no sabía es que Chiara se sentía abrumada, una cosa es pensar que era una niña huérfana y otra era sentirse identificada con ella; y eso era algo que ella no podía permitir, se prometió a sí misma que nunca la harían daño otra vez, y el sentir empatía por esa bebé, sería solo el principio de su propia destrucción.

Me levanté de mi asiento, para llevar a mi hija a la recámara.

- Ya se quedó dormida, la iré a acostar en lo que decide que hará con esta situación. - me fui a la habitación de Denna, que ahora es mía.

Antes de que Lucía naciera compramos una cuna para la bebé y la acoplamos en su cama de tal manera que ellas dormirían juntas, a veces, durante la noche me despierto y me siento una usurpadora, ya que tendría que ser Denna la que esté durmiendo aquí, no yo; acosté a Lucía en su lado y me acomodé a su lado, verla así tan tranquila me pone nostálgica, Denna soñaba con poderla tener así, la acaricié la mejilla y ella me sonrió en sueños, sonreí solo con verla; haría lo que fuera por ella.

Casada con mi jefa- 𝐊𝐈𝐕𝐈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora