Matrimonio Arreglado [KAKASAKU] +18

Capítulo XIII (Unidos) +18

El rubor de las mejillas no la había abandonado durante toda la velada, ¿era culpa del alcohol? Probablemente, aunque también podría atribuirse a que Kakashi no la había soltado de la mano desde que volvió a su lado.

—Me siento un poco mareada — dijo por fin después de haber guardado silencio durante un buen rato.

—No te preocupes, no dejaré que te caigas — apretó suavemente su mano, se la habían pasado de un lado a otro, saludando invitados y conversando con algunos pero en ningún momento se habían soltado.

Sakura seguía bastante apenada y se sentía un poco tonta al relacionar todos los hechos con Kakashi, el compromiso no era para el y ella se la pasó abrumada durante los últimos días y sobre todo, se había confesado torpe y desesperadamente en un último intento de detener a Kakashi, pero, eso no importaba ya, porque ahora que estaba a su lado la felicidad opacaba todo lo demás.

Yamato era apenas un par de años menor que Kakashi, la relación que mantenían era de verdaderos hermanos, saludandose y conversando con complicidad, Sakura no podía evitar sonreír mientras los veía.

La velada concluyó sin mayores contratiempos, Yamato y Aiko habían sido debidamente presentados a Sakura y esta última no paraba de alagar lo dulce y linda que se veía la pelirosa, cuando llegó el momento de hablar con Sakumo este no pudo estar más feliz, ante sus ojos Sakura y Kakashi habían desarrollado un vínculo más fuerte y no uno de mera obligación, sentía que se había realizado como padre al ver a sus dos hijos formando cada uno su propio camino.

—¿Quieres que te lleve a casa? — preguntó Kakashi, ya no quedaban muchos invitados y por supuesto sus padres se habían ido hace rato con el pretexto de no querer interrumpirlos.

Lo dudó, no tenía muchas ganas de separarse de él y una velada con sus padres definitivamente no estaba en su lista de cosas que le gustan hacer.

—Aún no quiero irme — se acurrucó en su pecho como si se tratase de un cachorro necesitando cariño.

Solo pasaron un par de segundos abrazados hasta que Sakura se despegó de golpe, todas las cosas que tenia por preguntar habían llegado de una sola tajada a su cabeza.

—Espera ¿Por qué me estabas evitando? — refunfuñó con falsa molestia.

Kakashi suspiró, sabía que le debía un par de explicaciones, pero hablar tan abiertamente con algunos ojos y oídos merodeando cerca no era buena opción.

— Ven — volvió a tomarla del brazo para llevársela con el, se adentraron más profundo hasta llegar al despacho de Kakashi, este evidentemente estaba lejos de todo y todos para garantizar su tranquilidad cuando era hora de trabajar en casa. Entraron y con él objetivo de que nadie los molestase se aseguró muy bien de poner el pestillo —. Adelante, puedes sentarte — obedeció sin más, sentándose en el sofá que Kakashi tenía.

— ¿Lo estabas haciendo, verdad? Evitarme — se limitó a verlo fijamente tratando de analizar sus gestos.

—Si — respondió con total honestidad.

—¿Por qué? — no podía evitar sentirse un poco dolida.

—Sabía que no era bueno volver a verte — caminó hasta sentarse a su lado —. Te había dicho que haría todo lo posible para que no tuvieras que casarte conmigo, temía que si te volvía ver olvidaría esa promesa y terminará corriendo tras de ti hasta convencerte de que te quedaras conmigo — al menos no era porque la odiaba o porque se había molestado con ella por no haber dicho nada esa noche.

— ¿No se te ocurrió que, quizás te buscaba con tanta urgencia porque quería que olvidarás esa promesa? — agachó la mirada, aún le era difícil hablar abiertamente de eso con Kakashi.