Uno nunca sabe cuando llega a enamorarse de alguien, solo son cosas que pasan.
No nos enamoramos de la misma forma que la mayoría de las personas.
Nosotros nos enamoramos a través de la distancia. Lo hicimos estando lejos, sin poder tocarnos, abraza...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
CAPÍTULO 18
♥︎Arriesgarse por amor♥︎
IGNACIO DE SOUZA
Deja de tenerle miedo a tus sentimientos, si tu corazón te dice que ahí es, inténtalo.
En estos momentos, mi corazón no tiene nada que decir y ya tenerle miedo a mis sentimientos no es opción. ¿Alguna vez sentiste que últimamente has estado haciendo las cosas mal y no sientes comodidad en lo absoluto en el lugar en donde estás? Porque es justo como yo me siento en estos momentos.
Una situación en dónde tengo a una persona parada frente a mí observándome ansiosamente, esperando a que todo siga avanzando. ¿Cómo le explico que ya no quiero seguir así, qué lo que estaba pasando ya se acabó? ¿Cómo le explico qué todavía en mi cabeza sigue rondando aquella otra chica qué conocí antes que a ella?
Sophia.
Su pelo negro enrulado cayendo a los costados, sus ojos claros puestos solamente en mí, la comisura de sus labios en un perfecto corazón.
Todo lo que ella decida, para mí.
No hay nada ni nadie que interrumpa, ella espera mi consentimiento y no hay otra cosa que sus ojos digan que no haya dicho hace apenas cinco segundos.
Sin embargo, lo que sale de mi boca es todo lo contrario a lo que ella quisiera que diga. No sé porqué, pero decirlo en voz alta hace que me sienta mal, triste.
—No creo que sea el momento, Sophi —digo en voz baja, alejando sus manos de mi abdomen y apartando mi mirada.
Cierro lentamente los ojos, tratando de dejar de sentirme de esa forma y tomando fuerzas para volver a mirar a la chica. Al hacerlo la desesperación en sus ojos es obvia, pero eso no hace que mis sentimientos cambien.
—Espero no te molestes, pero no estoy listo para ser más que amigos.
Su boca se abrió ligeramente, mientras que yo de los nervios tragué saliva. Inconscientemente Sophia dió un paso hacia atrás y al darse cuenta agachó la mirada.
—No, tranquilo.
Ella volvió a mirarme, esta vez con cierta tristeza en sus ojos, me sentí tan mal al seguir pensando lo mismo por más de que hacerlo signifique verla de esa manera. Tragué saliva una vez más, muy nervioso, todavía esperando que reaccionara de mala manera, pero no lo hizo.
—Solo no quiero que pienses que soy mala persona, no me importaría que alguien lo haga, pero que tú si me pone muy mal. —hice una leve pausa, observandola sin descaro —Te quiero muchisimo, Sophi. Y quiero ser tu amigo, quiero que sigas viniendo a mí cada vez que necesites mi ayuda o ser escuchada y que...
Mi voz desapareció cuando puso la palma de su mano en mi mejilla, al verla me di cuenta lo cerca que estaba de mí y yo ni me di cuenta en qué momento lo hizo. Me asusté una vez más cuando pensé que iba a besarme, pero ella solo sonrió y acarició mi rostro.