VESANIA

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Para cuando Potter despertó, Draco se encontraba al lado suyo en una silla dormido profundamente, ajeno a su alrededor. Quería apreciarlo más de cerca, con cuidado toco cada una de las facciones del pelirrubio, desde el primer día que lo vio, sus ojos solo fueron dirigidos hacia él y nadie más. En el momento, que estuvo por tocar sus labios fue interrumpido por Madame Pomfrey.

-Me alegra que este despierto joven Potter- murmura con voz suave, acercándose a ellos -si usted no hubiera despertado el seguiría aquí- Madame Pomfrey tapa con una manta a Draco, el niño pelirrubio había sido tan terco en irse, prefería esperar a que su compañero despierte que moverse de ahí. Era lo menos que podía hacer después que Potter lo salvara.

-¿Él estuvo acompañándome?

-Claro que lo estuvo, el solo se movía de acá para sus clases ¿Cuántos días cree que han pasado joven Potter? - preguntó Madame Pomfrey.

-U-un día-Harry dudaba de su respuesta.

-Lleva tres días inconsciente joven Potter. Necesito que se siente para quitarle el vendaje de su pecho y echarle el medicamento.

Harry con cuidado se saca su camiseta. Todo su torso estaba cubierto de vendajes, impide que lo ayude, nadie tiene permitido tocar su cuerpo. Una vez deshecho su vendaje se puede apreciar su espalda.

¡Por Merlín! Su cuerpo está lleno de cicatrices- Madame Pomfrey se asustó, nunca había visto tantas heridas en un cuerpo, unas eran más fuertes que otras -. Severus nunca me dijo de esto.

El profesor Snape no tiene por que hablar de mi vida personal. Espero lo mismo de usted- ella asintió colocándole el medicamento en su piel. Lo que menos quería era la lastima de los demás, suficiente tenía con que lo miraran como algo fuera de este mundo.

Los minutos volaban y Harry solo se dedicaba apreciar a Draco, solo ellos dos sin nadie a su alrededor, Madame Pomfrey los había dejado. Era tan hermoso para ser libre, merecía que alguien lo encerrara en una pequeña jaula de cristal, solo él debería ser su portador, era lo que su cabeza le decía cada día, solo él y nadie más debía pertenecerle. Sin embargo, lo que llamo su atención fue el collar que colgaba en el cuello del pelirrubio, era una hermosa constelación, le recordaba a ver visto una igual.

Merlín todas las constelaciones estaban a su favor, ya sabia de donde era.

Las puertas de la enfermería se abrieron entre burlas y gritos, ocasionando que Harry dejara de mirarlo. Neville, Hermione y Pansy ingresaban con libros y una fuente comida, mientras que Blaise venían discutiendo con Ron en todo el camino.

-Calla Wasly.

-¡Yo no soy Wasly!¡Mi apellido es Weasley! - Ron ingresaba refunfuñando. Nunca en todo su vida había visto alguien tan odioso como Zabini.

-¡Wasly!¡Wasly!¡Wasly! - a Blaise le provocaba risa ver al pelirrojo corrigiéndolo una y otra vez por su apellido, se le hacia tierno ver a la pequeña comadreja gritarle.

¡Que no soy Wasly!

-Lo eres...

-Que no...

-¡Cállense los dos! - Hermione y Pansy gritaron al mismo tiempo, ya estaban cansadas de escucharlos estos dos últimos días discutir, parecían que se coqueteaban peor que personas hormonales, ninguno de los dos chicos dejaba de hablar del otro -si quieren seguir lanzándose sus piropos háganlo ¡afuera! - ambos chicos enmudecieron. Neville solo optaba por reírse internamente, juraría que Ron estaba más rojo que su cabello mientras Blaise volteaba a mirar a otro lado, no quería imaginar lo que les esperaba a ambos en el futuro, eran como el agua y el aceite.

⭒ El Tapiz Familiar de un Malfoy ⭒Harco⭒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora