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Otra mañana más donde espero con ansias la llegada de que ese auto rojo y su condoctora. Mientras me apronto, quedo atento a la ventana para verla bajar.
Y justo cuando pensé que se me hacia tarde para irme a entrenar, veo como baja de su viejo auto rojo. Los dos chicos que la estaban esperando en la vereda, igual de ansiosos que yo, van corriendo a ella para saludarla.
Macarena era la niñera de mis vecinos, llegaba todas las mañanas cerca de las siete y cincuenta de la mañana, llegaba justo para cuando se iban los padres de los nenes. Ella era lo más hermoso de este barrio aburrido. Por suerte pude tener pequeñas charlas con ella, ya que los pendejos son medios insoportable y quieren estar en mi casa todo el día. Antes esas situaciones me rompían las pelotas. No quería a dos pibitos corriendo por el jardín, pero cuando apareció ella, yo rogaba porque vengan los pendejos del frente.
Lamentablemente para mi, cada vez que volvía del trabajo, ella no se dejaba ver. Y ni hablar cuando tenían partido, no la podía ver nuca.
Macarena es como mi capricho que necesito ver que onda, porque no entiendo como me puede volar tanto la cabeza, si solo me dice "Hola".
Les he preguntado a mis compañeros que me recomiendan hacer, pero la verdad es que o son consejos muy malos, o lo que me recomiendan hacer es algo que yo no haría por tímido.
Trabo la puerta principal y salgo dirección al auto para irme a trabajar por fin. Ahí estaba ella, sacando una caja de su vehículo, mientras que los nenes intentaban ver que había adentro. Que hermosa risa tenía.
Al verme, dejó de darle un poco de bola a los pibes y me saludó mientras sonreía. Yo Imité su acción. Me iba a meter rápido al auto de la vergüenza que me dio, de qué ella pueda intimidarme tan rápido. Le iba hablar mejor, así no quedo como un pajero que le dan miedo las mujeres
─¡Hola vecina!-Le grité desde la puerta del auto-Feliz año nuevo.-
Ella me miró y sonrió al ver a los chicos preguntarle que fue lo que dije, ya que ellos no entendían el español.
─¡Feliz Año, dibu!-Agitó su mano libre en forma de saludo.
Reí mientras entraba al auto. Cuando ella se dio vuelta para entrar a la casa, los dos enanos me ven pasar por su lado en el auto, y los hijos de puta me miran enojados mientras me sacan el dedo ¿Qué les pasaba?
Volví al medio día, casi tarde. El entrenamiento de hoy me dejó prácticamente muerto. Lamentablemente no podía sestear, ya que tenía que limpiar un poco el chiquero donde estaba viviendo. No contrato al servicio ya que me gusta más la privacidad, aunque ahora me arrepiento de no hacerlo. Agradezco no vivir en una mansión enorme, como la anterior, sino que en una casa mucho más chica, con mis lujos, pero más chica y adaptada a mí.
