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┊「 adv 」temas a tratar: claro abuso (no sexual), mención a menores de edad con mayores, infidelidades, sumisión fem, "insesto", degrado fem ; dom scalonk ; diferenciadeedades ; 3.6k pal ; 40 años scni⋆·˚ ༘ * 🔭
🪼 [ os yyyy medio rariii pero todo esta en advertencias ]
Lionel era padre de tres hermosos hijos. Tenia la vida perfecta, una buena mujer con la que despertaba todos los días, pero nada era igual si no estaba ella.
Sophie.
Su hija que hoy cumplía los dieciocho años de edad. En realidad no era su hija, más bien era su hijastra. Su mujer quedó embarazada de un hombre de una sola noche, él desapareció y ella quedó desamparada, pero por suerte llegó Lionel a salvarlas.
De solo ver a María, Lionel quedó embobado de aquella mujer castaña de sedoso pelo. Tanto era el amor por esa mujer, que no le importo que ese bebé que venia en camino no era suyo, él era capaz de ponerle su apellido y criarlo como propio.
Cuando nació Sophie, Scaloni fue el hombre más feliz del mundo. La amó instantáneamente al verla. Pasaba en sus brazos acunandola y haciéndole mimos, sentía que era su verdadero padre.
El nombre de la bebé lo decidió él.
Sophie Scaloni.
Cuando Sophie cumplió cuatro años, Lionel le hizo una fiesta como ella deseaba. Los dos eran muy unidos y cercanos, ella decía que ella era una princesa y su papá era el rey que la rescataba. Con solo pedirle algo, él ya le decía que sí, era imposible negarle algo a su bebé. Se estaba volviendo en su nena caprichosa.
Padre e hija hacían casi todo juntos, de verdad había mucho cariño entre los dos. A María le encantaba esto, sabía que había elegido al padre correcto para su hija.
Cuando Sophie cumplió los once años la sentaron a hablar y le contaron toda la verdad. La castaña menor se puso muy triste, se sentía engañada, pero no por su madre, sino por aquel hombre que tanto ama. Lo peor vino después, cuando se enteró que iba a tener un hermanito o hermanita. Ella no quería hermanos, quería que sean solo ellos tres.
A Lionel le partía el corazón ver a su hija llorar. Lloraba por su culpa, si solo le hubiesen hecho caso a la psicóloga de decirle esto desde más chica, ella no estaría llorando a mares.
La fue a buscar para hablar a solar, solo ellos dos, sin su madre. Verla boca abajo abrazando a su enorme oso le estrujó el corazón.
─"hija ¿Puedo pasar?"-Tocó la puerta, aunque estaba abierta.
