Aquel en el que Visenya y Jace están en Guerra 1

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Contexto: Jacaerys y Visenya en guerra, es el inicio de una opción para el capítulo.

Tierra de los Ríos. 136 d.C

— Arribaré en la mañana, mucho antes del mediodía — la voz del Príncipe Jacaerys hizo eco en la tienda que reunía a los más habilidosos generales del ejército. Todos defendiendo la causa de su madre contra la comitiva Verde — Entregaré este informe a la Reina...

Todos asintieron. Visenya los observaba a todos. Hombres de gran porte, vestidos con pesadas prendas, todos de variadas procedencias. Y cada uno de ellos defendiendo la causa de Rhaenyra Targaryen. No era el ambiente en el que ella deseaba estar, jamás fue deseo suyo convertirse en algún tipo de guerrero reconocido. Jamás, pero la situación la obligó a tomar una decisión. Su presencia en el campo de batalla era un movimiento político y estratégico, muy necesario, aun cuando sus cercanos no pudiesen entender.

— Les doy, de nuevo, las gracias mis Señores — Jacaerys continuó, siempre mantuvo la compostura. Serio, erguido, seguro de sí mismo ante aquellos hombres que ya vivieron varias décadas más que él.

Visenya lo admiraba, y no era debido al amor que sentía por él. No, era por toda esta nueva faceta que salió a flote. Una consecuencia de la Guerra. Haber perdido a Luke hizo en Jace un pozo profundo que fue llenado con alguna especie extraña de determinación. Ahora su lucha por el trono no se limitaba a un simple reclamo legítimo, esto era por la seguridad de sus hermanos y de toda su familia.

Él no apartaba los ojos de su cuerpo nervioso, Visenya lo sabía. La observaba constantemente entre todos sus consejeros. Es una mera representación de la Casa Targaryen. Pero al mismo tiempo, una pieza importante que decidieron mover en cuanto fue posible. Visenya moría por hablar, por comunicarse con él. Sin embargo las cosas no eran tan fáciles como lo fueron cuando vivían pacíficamente en Rocadragón. Ahora estaba comprometido con su hermana. Todo era diferente.

— Pueden retirarse — les pidió, cuando la reunión por fin pareció terminada, y ella tomó la orden tan rápido como llegó. Tuvo toda la intención de correr a proteger su integridad sentimental, donde él no pudiese verle, pero estaba claro que Jacaerys no tenía intenciones de dejarla ser — Lady Visenya ¿Puede quedarse? Tenemos que tratar asuntos de índole familiar...

Los señores que comenzaban a moverse, todos ellos, pusieron sus ojos sobre ella. Que permaneció inmovil en su lugar, esperando que si el resto de su cuerpo permanecía quieto, su rostro no mostraría ningún tipo de emoción. Había aprendido, durante las largas semanas en las que vivió rodeada de estos hombres, que lo mejor era actuar como ellos. No demostrar su nerviosismo o algún tipo de emoción que evidencie una clase de debilidad, era una buena defensa. Era de las pocas mujeres en el campo, y la única que hasta el momento fue nombrada comandante. Los cuestionamientos siempre estaban presentes.

Ella se quedó en su lugar, parada al lado de la mesa del mapa de Westeros. Tenía cada río, cada camino y refugio grabado en la mente. Las noches en las que oía a los señores discutir el próximo paso era un escenario constante del que ella era partícipe. Convertirse en algún tipo de soldado, no la preparaba para este enfrentamiento, sin embargo.

— ¿En que puedo ser útil, mi Príncipe? — le preguntó cuando estuvieron solos, lo miró realmente por primera vez en semanas.

En su rostro, armonioso y masculino, se coló la clara expresión de disgusto. Odiaba las formalidades con sus cercanos y Visenya siempre lo supo. Sin embargo, era una forma de mantener la distancia necesaria.

— Visenya ¿Puedes hablar conmigo sin apartarme? ¿Por qué me haces a un lado? — le dijo él. Sus ojos oscuros, siempre sinceros, le miraron tristes — ¿Podemos hablar como lo hemos hecho siempre?

— Sin tiempos distintos, su gracia — Visenya intentó que sus ojos le dijeran lo que no podía — No somos los mismos de siempre...

— No, no lo somos... pero sigues amándome como yo lo hago contigo ¿No es así? ¿No es eso acaso suficiente?

Nunca terminé este documento, así que ¡Chau!

Inventing VisenyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora