Conociendo

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Narra Adrien:

-Buenos días  - salude a sus espaldas mirándole fijamente a los ojos a través del espejo frente a ella

-Buenos días... - se volteo hacía mi para verme a la cara.

Su rostro me sonaba tan conocido. Y a pesar de que tengo el presentimiento de que ella esta sintiendo lo mismo que yo, parece que su mente no entiende en frente de quien estaba ahora: su futuro rey. Quizas ella podría ser de otro reino. Una impostora?

-Le conozco de algún lado señorita? Como se llama?

-Soy Emma.

Le hise una seña para que entendiera que faltaba algo. El apellido

-Mi nombre es Emma G..r..ssda

Mi rostro no pudo evitar contraerse. ¿Que había dicho?

-Emma... - titubeo para luego decir firmemente- Garza Sorda

Por mi abuela, que combinación de apellidos más horribles.

-La conozco de algun lado, señorita Garza Sorda? -

Por dentro de mi sentía unas ganas inmensas de reírme, pero no lo hice. Ella pareció notarlo lo cual causó una ligera molestia.

- Me pregunto lo mismo. Usted aún no se ha presentado - me miró con indiferencia.

- Me presento entonces: Adrien Kenqs Edwards. Reconoce esos apellidos?

-Debería?

Definitivamente no es del reino.

Sus ojos me observaban con una chispa de magia, complicidad y una fingida indiferencia. Me sorprende el hecho de que no sabe que soy su futuro rey. Podría divertirme un poco

-Usted no es de por aquí, señorita Garza Sorda? - comenzarédespacio

-No. Porque? - levantó una ceja y me miró desafiante

-Esta perdida? - di un paso hacia ella

-No - ella dio uno hacia atrás

-Al menos pertenece a este reino? - insistí nuevamente con otro paso

-Que? - funsió el ceño

-De donde viene usted? Me suena su cara - di el ultimo paso, ya estaba cerca de ella. Su espalda quedó apoyada en el espejo de cuerpo entero. - pero no la asocio a ningún recuerdo

-Que quieres de mi? - cambió el tema

-¿Qué quiero de usted?

-Si, eso pregunté

- Creo que usted está muy perdida, necesita un poco de co...

-¡¿Compañía?! - interrumpio, y me miró como si yo fuese un pervertido.

-Iba a decir conocimientos sobre el reino...

-No jodas - levantó una ceja

-Esto -Señalé a un brasalete amarillo en su mano- significa que los gobernantes son una mierda. No creo que a la guardia real le guste ver esto.

En un momento me sentí con ganas fastidiar a la señorita hasta que toque su cabello para quitarle una pelusa, y al ver directamente a sus ojos sentí una corriente fría atravesando mi cuerpo, empezando por los pies, piernas, mis rodillas aflojandose, caderas, algo caliente en mi abdomen, columna, cuello, cabeza. Mi cuerpo estaba hirviendo, mis mejillas estaban calientes, mi respiración se volvio tosca en un momento y una parte de mi cuerpo empezaba a reaccionar de forma inoportuna. Dentro de mi algo gritaba con fuerza que había olvidado algo muy importante, y no logro reconocer que es

De un momento a otro mis manos empezaron a temblar, y note la misma reaccion en ella. Sus mejillas estaban tan coloradas y sus ojos me veían con impacto. Luché por no demostrar mis inoportunos nervios, porque necesitaba seguir mi juego, por mi orgullo.

Me acerqué a su rostro, dejándonos a solo un movimiento de besarnos. Sus ojos eran como las dos joyas más brillantes y valiosas del mundo, me daban una sensacion de seguridad.

-Quiero solo una cosa de ti. - mierda. Cuando mi voz se empezó a etrecortar?

- que?- tragó y yo hice lo mismo.

La idea no era fastidiar? Me siento tan profundamente involucrado con ella, y se que nos acabamos de conocer. Esto es ridículo!!

- No suelo ser un hombre que se deje llevar por las emociones, -susurré serca de sus labios- pero si me permite, podría ser mas atrevido con usted.

- Me puede decir exactamente que quiere de mi? - su mirada desafiante me provocaba una sobredosis de dopamina. Luché por no demostrar que estaba derritiéndome por dentro

-Quiero...

Iba a continuar, pero sonó la campanilla de la puerta y rápidamente mi vista se dirigió al espejo en el que la señorita estaba apoyada. Pude ver que entraron ellos. Así que lo más rapido que pude, me moví hacía donde se cambiaban las ropas las señoritas.

Por suerte estaba vacío.

-Dijo que el iba a entrar aquí rápido, y ya lleba buen tiempo - Alex

-Que si mi sueño... que si la joya de mi abuela... - David intentó burlarse de mis palabras con su típica voz de niño malcriado y los demás se rieron

- Señora, a visto al príncipe? - hablo Jacob con su voz grave y profunda.

-Estaba aqui hace un rato. -Dijo la dueña de la tienda - fui a buscar unas cosas que me pidió, solo lo vi acercarse a la señorita.

Oh no. La señorita. Espié tras un pequeño orificio en la cortina.

-Ha visto al príncipe? - volvió a cuestionar Jacob.

La cara de ella demostraba confucion. Es obvio que no sabe que yo soy el principe, y si la descubren lo más seguro es que piensen que es un impostor.

-¡¡¡Ohhh, por diooos!!!- chillé en el mayor refuerzo de imitar la voz de una mujer desesperada. - ¡¿que es esto?!

La vista de todos se fue en mi dirección, y aunque no podían verme, la curiosidad los estaba matando.

- Quién está ahí?

- No, no pasen, estoy desnuda - que estoy haciendo? Pensé - soy la señoría que vió al príncipe salir por la puerta de atrás hace unos minutos. Mencionó que llevaba prisa e iba al castillo.

- no dijo más nada? - preguntó Alex

-Me pidió darle un mensaje a Jacob:  Suerte para la próxima, Naranja Agria - los demás se rieron de lo que yo dije refiriéndome al apodo que le puse debido a sus cabellos naranjas y su personalidad cortante.

Nota importante: si vas a hablar por alguien, habla de cosas que solo esa persona diría.

-Algo más que quiera decir?

-No

-Y por que gritó? - cuestionó Jacob

-Acabo de manchar un vestido caro y tendré que pagarlo, ¡¡¡ohh noo!!- Los vi titubear en acercarse - no entréis, pervertidos!!!

Se miraron entre ellos y se fueron uno tras otro.

Me mantuve unos minutos dentro del cambiador esperando a que ellos se alejaran lo suficiente. Me puse un vestido amarillo, con un sombrero amplio, y corrí fuera de allí con ese disfraz para no ser reconocido. Al salir tropecé con ella y caímos al suelo, me desconecte por unos segundos al ver en sus ojos. Pero regresé a la realidad al recordar la importancia de momento. Me levanté y salí de allí lo más rápido posible. Me subí en mi caballo y corrí hasta el castillo. Sin poder olvidar a la chica cuyos ojos emanaban la cegadora luz del sol: Emma

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Hola!!! Aquí Josefina de la Moraleja Cabreada Cejotas.

Si les gustó el capítulo denle like. Les recuerdo que es mi primer libro, soy cantante, pero leer es mi hobie para salir de la realidad de ves en cuando. Te pasa? No? bueno igual dale likeeeee.

Y comenten, comentenos leo😏

Perdida En TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora