Laguna de miel

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Cuenta Emma:

Es el príncipe, por dios que estúpida. Y yo con el brazalete amarillo

- Tuviste suerte que no vio el brazalete. Los viernes no se pueden usar de este tipo porque significa...

-Que los gobernantes son una mierda- imterrumpí

Caminábamos en busca de otras cosas por la plaza.

-Si, creí que no lo sabías?

-Si creíste que no lo sabía ¿por qué no me lo advertiste antes?

- Me di cuenta cuando me fui. Pero era muy urgente

-Anja... - torcí los ojos

- No me crees?

Me detuve y lo mire a los ojos, levanté una ceja en señal de "en serio?"

- Deberías creerme - empezó a caminar e hice lo mismo

-Bueno... Me explicas porque un brazalete amarillo usado los viernes significa eso?

Suspiró

-La antigua reina tenía un profundo odio por el amarillo, tanto que mandó a podar cientos de jardines de ese color. Dicen que la razón de su odio es porque su esposo tenía la maldición de la bestia, sus ojos se ponían amarillos en las noches del viernes, no café, miel, ni siquiera ambar, si no amarillo intenso.

-Y eso que tiene que ver con los viernes y brazaletes? - interrumpí

- El día que el rey murió fue un viernes, la reina quedó al mando y le tocó asumir la responsabilidad del reino.

-anja?

- Espera. El reino estuvo de luto un año. Durante ese tiempo llegó una gran miseria a Andrómeda, murieron muchos habitantes. El pueblo empezó a manifestarse con puras prendas amarillas en honor a los ojos amarillos del rey. Hicieron lemas, e incluso intentaron entrar al castillo y prender fuego. La reina puso la ley de que si veían a alguien dentro o al rededor del castillo que no perteneciera a el se le iba a cortar la cabeza. Hubieron muchas muertes en ese tiempo, hasta que su hijo, tomó el trono. Y mejoró la economía.

-Que más?

- Es lo único que se.

-Es en serio?!!

-¿Que? ¡No tengo 70 años, Emma! - bufó

Se giró a un pequeño puesto de ventas

- El pescado está fresco? -habló con el vendedor -

- Si, también hay diferentes especias traídas del sur que son perfectas para la preparación.

- Voy a llevar...

Pasó una semana desde que llegué a Andrómeda. La vida es aburrida, extraño a mi padre y mis amigas, el internet, y las comidas acompañadas de una buena peli. Pensar en esas cosas me angustia mucho. No se si los volveré a ver, y si lo hiciera ¿me recordarán? ¿podrán encontrarme?

- Te gusta?

-Eh?

Señaló al libro que tenía en mis manos

-Ah, si

-No suenas muy convincente - empezó a caminar hacia mi

Estaba sentada en el suelo frente de la cabaña, recostada a uno de los árboles del espeso bosque. El tiempo era frío y húmedo. Y el cielo estaba nublado, era un día perfecto para deprimirse o leer y tomar te caliente.

- No estaba prestándole mucha atención- dije por lo bajo

- Aún no recuerdas nada? - Josef se sentó a mi lado

Perdida En TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora