Un corazón latiendo de deseo.

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  10 de Septiembre de 5741. Después de un año completo de trabajo, al fin estaba terminado el Perseo, todos estaban orgullosos de su esfuerzo. Muy pronto, el barco navegaría para descubrir el secreto de la petrificación y salvar a Tsukasa. No podían evitar sentirse alegres y emocionados.

De pronto, y desde la cubierta del Perseo, apareció el capitán del mismo: Ryusui Nanami. En su rostro mantenía una expresión decidida y confiada, muy parecida a la que pondría al enfrentarse a una tormenta.

—¡Saionji Ukyo! — el capitán gritó con fuerza, ambas manos descansando en su cadera.

Todos los que se encontraban alrededor del barco lo miraron desde abajo, varios de ellos deteniendo sus actividades de celebración, otros guardando silencio.

— ¡Te escucho! ¡Incluso si hablaras en susurros, aún así te escucharía! — Ukyo, que hasta entonces se encontraba hablando con Senku, respondió desde abajo sin dejar de sonreír mientras lo saludaba.

Chrome se encontraba hasta atrás, y no estaba entendiendo nada de la situación, así que se acercó a Gen, quién supuso sabría lo que estaba sucediendo. Una vez que Gen notó que se acercaba, y gracias a que lo conocía muy bien, sin hacer uso de sus habilidades de mentalista, pudo imaginar lo que iba a preguntarle. Sacudió ligeramente las mangas, luego las unió a la altura del pecho, ocultando sus manos, y comenzó a explicar:

— Antes que nada, esto no tiene que ver con el viaje o con el Whyman. De hecho, este asunto solo involucra a ellos dos.

— ¿Acaso se pelearon? ¿Ryusui va a retar a Ukyo a un duelo o algo así? — Chrome preguntó, con la preocupación invadiendo su rostro.

Gen negó con la cabeza, y agregó después de una pausa.

— Este es más un asunto que involucra sentimientos románticos.

Chrome pareció entenderlo. Gen creyó que así era.

— Entonces... ¿Van a organizar bodas románticas para todos? — Gen lo miró sorprendido por su respuesta. Chrome no pareció notarlo, porque después continúo:

— ¡Tiene sentido! De esa forma el reino de la ciencia estará más unido y motivado. ¡Es una idea malota!

Gen supuso que, dado que la aldea Ishigami era pequeña, e ignorante de las costumbres del siglo veintiuno. No era una sorpresa que creyera que solo las parejas se formarán con el fin del matrimonio, no existía nada parecido a una confesión o relación de noviazgo antes de una boda, solo preguntaban directamente si querían casarse, o incluso las familias organizaban las uniones. Además, no conocía que tan frecuente eran las relaciones entre personas del mismo sexo dentro de la historia de la aldea; por lo que tenía sentido que pensará que estaban organizando bodas y que solo era Ryusui solicitando ayuda para organizarlo todo antes de que se fueran. Nunca pensaría que se trataba de una confesión romántica, mucho menos cuando estaba a punto de iniciar un viaje peligroso del que no se sabía si regresarían.

El solo pensar en eso lo ponía nervioso.

Gen quería volver a explicarle adecuadamente, pero una voz a un extremo de él se lo impidió.

— Ya déjalo, mentalista. De todas formas lo verá por sí mismo. — Senku ahora se había alejado de Ukyo, y Gen no tardó en adivinar la razón, pues claramente estaba evitando estar cerca de la atención.

— Querido Senku, pensé que no te gustaban estás cosas. Es sorprendente seguir viéndote tan cerca de la acción.

Gen habló con voz aguda y burlona. Senku solo lo miró un segundo antes de regresar su mirada hacía Ryusui, quién estaba bajando la cubierta y acercándose a Ukyo. Las personas cercanas se alejaron un poco, creando una especie de camino.

Dí que sí (Ryukyo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora