Ha transcurrido un tiempo de la enigmática desaparición de Alicia, y desde la otra realidad ajena al mundo del demonio, el joven cura, Abel decide tomar la iniciativa de visitar a la madre de ella en busca de alguna información nueva. Nervioso, toca la puerta y es recibido por el hermano menor de Alicia, quien le saluda con una sonrisa. Abel explica que desea hablar con su madre y es invitado a entrar.
Dentro de la sala, la madre de Alicia ofrece a Abel una taza de té, y ambos se sientan mientras el pequeño juega en el suelo con sus juguetes. Abel coloca su maletín a un lado y, tras preguntar cómo se ha sentido en este difícil periodo, nota la tristeza evidente en la mirada de la mujer. Aunque ella responde con un "Estoy bien", Abel percibe la falsedad en sus palabras y le pregunta nuevamente. Un incómodo silencio llena la habitación antes de que la madre de Alicia admita que no ha habido avances en la investigación sobre su hija y confirma la razón de la visita de Abel.
Abel experimenta una oleada de rabia que recorre su cuerpo al escuchar la respuesta de la madre de Alicia. La falta de avances en la investigación y la actitud evasiva de la mujer no hacen más que alimentar la desconfianza del cura. Desde el momento en que se enteró de la desaparición de Alicia, Abel notó que algo no encajaba. La madre no había acudido a la comisaría ni parecía considerar la posibilidad de un secuestro. La frustración y la sospecha se acumulan en el corazón de Abel al recordar aquella situación.
Un flashback se asoma en su mente, Abel toca la puerta de la casa de Alicia, preocupado por su ausencia en clases y en la iglesia. La madre lo invita a pasar, y en la sala de estar, el cura pregunta por Alicia. La mujer, directa, le informa que su hija ha desaparecido, dejando a Abel congelado ante la impactante noticia. Incapaz de creerlo, el cura oculta su frustración mientras la madre explica que Alicia parece haberse esfumado sin dejar rastro.
Abel, desconcertado, cuestiona cómo es posible que haya desaparecido de esa manera. La madre sugiere la posibilidad de que se haya ido con algún muchacho, lo cual enfurece al cura. Levantándose bruscamente, Abel rechaza la idea y defiende la honorabilidad de Alicia. La mujer, sin más respuestas, sugiere que podría ser una fuga voluntaria.
Abel, indignado, propone la posibilidad de un secuestro y se horroriza al descubrir que la madre no ha contactado a la policía. La mujer, entre lágrimas, parece sumida en la desesperación. El cura, a pesar de su frustración, intenta tranquilizarse y convence a la madre de hacer la denuncia en la comisaría para iniciar una investigación. Ambos se encaminan hacia la justicia en busca de respuestas sobre la misteriosa desaparición de Alicia.
El recuerdo termina, al igual que en la última vez, la mujer se sumerge en llanto, incapaz de comprender la desaparición de su hija. El cura intenta consolarla, asegurándole que estará allí para ella y animándola a ser fuerte, insistiendo en que Alicia regresará.
De repente, la puerta se abre bruscamente, y el padrastro de Alicia entra en la sala con una actitud molesta. Despectivamente, le pregunta al cura si no tiene nada mejor que hacer. Abel, irritado, le explica que solo quería obtener información sobre Alicia. El hombre, con una sonrisa torcida, se acerca provocativamente. La mujer interviene, pidiéndole que no hable así al Padre, que solo estaba tratando de ayudar.
Ante la mención de "Padre", el hombre se burla de Abel, llamándolo "mocoso". El cura se levanta con determinación, defendiendo su deber de ayudar a la comunidad. Asegura al padrastro que la esposa está atravesando un momento delicado y doloroso, y que él está allí para brindar apoyo. El hombre, desafiante, le exige a Abel que deje de involucrarse y explique por qué encontró a su esposa llorando.
La madre de Alicia interviene para separarlos, suplicándoles que se detengan. Abel se disculpa con la mujer y decide retirarse, aconsejándole que confíe en las autoridades. El padrastro, sarcástico, comenta que finalmente dice algo coherente después de tantas tonterías. Antes de marcharse, Abel le recuerda al hombre que, le guste o no, él es el cura del pueblo, cerrando la puerta tras de sí.
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El atrapa sombras
Mystère / ThrillerAtrapada en un mundo distorsionado, Alicia lucha desesperadamente por escapar de las garras de un demonio obsesionado con ella, cuyos planes mórbidos la sumergen en un torbellino de pesadillas. Cada intento se ve frustrado, con su captor forzándola...