Un alemán miraba su reflejo sin una sola expresión en su rostro, últimamente detestaba verse frente al espejo o incluso verse en fotos, sus dientes afilados y sus ojos grises... simplemente les había tomado un odio inmenso.
Ataba su corbata con delicadeza mientras miraba furioso todo aquello que odiaba de sí mismo y a la vez amaba por aquel vago recuerdo que tenía de su infancia. Jugueteó con sus manos pasándolas por su cuerpo en busca de acomodar su saco y tomó la pequeña credencial de la cama de su hotel, ese día, y para su desgracia, sería su primera junta con la ONU y los demás países miembros.
Veintiocho años, veintiocho años han pasado desde el final de la guerra, Berlín seguía en ruinas y lleno de escombros, se tardaría mucho en reconstruir todo y costaría demasiado dinero con el cual Alemania no contaba.
— Quizá tendré que pedirle a USA... — dijo al ver su cartera medio vacía y el único pedazo de pan que había podido comprar con su dinero —. Aunque quizá URSS también me quiera ayudar... ayudar... claro, como si eso fuera lo que quiere...
Alemania sabía que URSS estaría completamente dispuesto a dar aquel dinero si "el hijo de Reich", cómo solía llamarle él se lo pedía, pero Alemania no era estúpido, sabía que probablemente se lo daría para ganar algún favor después con la excusa de:
"Yo te ayude cuando lo necesitabas"
O incluso para pedirle que renunciara a todos sus "privilegios" con Estados Unidos, Francia y el estúpido de Reino Unido solo para unirse a él. Aún recordaba lo dicho por USA cuando literalmente hicieron una competencia por quién se quedaba con Alemania Federal y quién con Democrática.
"¡Genial! Sácala del nazismo y métela al comunismo, ¿Estamos seguros de que está mierda es una buena idea?"
— Y no, no lo era — dijo mientras buscaba sus llaves de la habitación de hotel — ¿Democrática recordará cómo es el otro lado del muro? Le tocó la peor parte... yo no me acuerdo de nada de allá...
Al final terminó saliendo del lugar como si de un rayo se tratase para llegar a tiempo.
— Es una junta, no una carrera — dijo una voz atrás de él tan pronto cómo se disponía a buscar un taxi. — No te van a fusilar solo por llegar un minuto tarde, créeme, ONU se compadece mucho de ti cuando es tu primer día y más cuando eres literalmente la causa de su existencia.
Alemania la reconoció al instante, Francia, algo así cómo su cuidadora y enemiga número uno, una de los tres countries que habían decidido dividir su territorio.
— Und die Schlampe machte immer weiter...— susurró en busca de que la francesa no po escuchará —. Por si no estás enterada, Francia, cuando Reich inició la guerra yo todavía usaba pañal.
— Peu importe, tu territorio está maldito.
Y sin más se fue, como si de un modelo de pasarela se tratase caminó por la calle, luciendo como siempre lo hacía. Alemania odiaba tanto ese comportamiento, lo odiaba con su alma, ¿pero que se le podía hacer?
Él no sabía cómo iba a ser recibido en la sede de la ONU aunque por la actitud de Francia él ya se estaba preparando mentalmente para el rechazo, ser hijo de Third Reich le había causado mala fama a él y a "sus tierras", más de la que ya tenían después de la Primera Guerra Mundial.
Al llegar a la calle tomó un taxi, sin esperar que un conocido suyo le abriera la puerta y se subiera junto a él.
— Ich sahle die Hälfte — dijo en Alemán su acompañante con ese acento americano característico. Alemania solo se limitó a hacer un sonido como si se aguantara la risa.
— Ist "zahle", no "sahle", pero está bien, pagas la mitad — dijo Alemania aún con una pequeña risa. — Deja de hablar en Alemán, arruinas mi idioma.
— Uy, perdón...¿Nervioso por la junta? — El mayor intentaba hacer una conversación, sin embargo, Alemania parecía no querer.
— Nein.
— Mentiroso, te remueves cómo si quisieras ir al baño, estás nervioso, además estás usando guantes otra vez.
Alemania o Germany como todos suelen Ilamarle, había desarrollado una especie de post-trauma después de la guerra, dependía del uso de guantes y camisas de mangas largas para evitar hacerse daño a sí mismo. Algunos pensaron que quizá había quedado con algún trauma por la guerra, como todos los demás, otros simplemente no les importaba porqué pensaban que quizá Reich lo había criado mal y lo había dejado así, o simplemente no les interesaba lo que pasaba con el hijo de su enemigo.
— Lo sé...
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El Rechazado (Alemania Countryhumans)
FanfictionEsta historia ocurre 28 años después de la Segunda Guerra, un poco después de que Alemania se integrara a la ONU, espero lo disfruten.