Sangre Real |Diabolik Lovers|

2| Nieto perfecto.

Kairos observó al Rey vampiro a los ojos, usando su apariencia base, lo que parecía tener al hombre ciertamente encantado, puesto que parecían un calco del otro.

"Ciertamente no había visto algo así, eres...literalmente lo que estaba buscando, el primero de muchos..."

Karlheinz dijo con ojos brillantes, su experimento había dado frutos tras muchas novias de sacrificio y todo lo que se necesitó fue una mezcla masiva de ADN. Pero Kairos estaba frente a él, un vampiro puro a pesar de nacer de una madre humana, pero capaz de sentir como un humano a pesar de su inmortalidad.

El nieto perfecto, a diferencia del resto.

"Yo...no se de que hablas anciano, sea como fuere, ven mamá, nos vamos."

El joven tomó a la rubia en brazos, notando las dos heridas de punción en su cuello, cuando caminó cerca de la puerta, Karlheinz apareció frente a él.

"Lo siento querido pero no puedes irte."

Karlheinz y Kairos batallaron con la mirada, el joven vampiro estaba a nada de matar al Rey.

"No soy tu súbdito, ni me has transformado, no soy tuyo para comandar."

Kairos dijo, sus colmillos largos listos para arremeter.

"Lo creas o no, como tu jefe de familia exijo que te unas formalmente al clan desde hoy, como mí único nieto varón por el momento."

Una punzada en el corazón hizo que Kairos gruñera y dejara a su madre suavemente sobre sus pies. Yui acarició su rostro preocupada, sus manos cálidas acariciando el largo cabello blanco.

"Nos quedaremos-"

Dijo Yui.

"¡Mamá!"

Kairos intentó replicar pero Yui le envio una mirada que lo hizo agachar la cabeza y evitar el contacto visual.

"Nos uniremos ambos al clan si eso quieres, pero con una condición, yo no seré comida y tendremos la libertad de ir a dónde queramos y hacer lo que queramos."

Karlheinz asintió.

"Pero no podrán dejar el Clan, esa es mí única demanda. Si no aceptan, bueno, los perseguiremos."

Kairos sintió que una vena en su mandíbula comenzaba a hincharse. Asintiendo a regañadientes, ambos Komori salieron de la enfermería, Kairos escoltando a su madre a su clase.

"¡Panqueque! ¡No puedes asustar a Ore-Sama de esa forma!"

La aparición de un pelirrojo hizo que Kairos se tensara.

"Ayato, ¿Quien es el?"

Una mujer preguntó, parecía no tener más de diecisiete también, aunque la mayor diferencia era su pecho voluptuoso.

"Ayato, Fuyumi, el es mi hijo Kairos, Kairos, el es Ayato Sakamaki y la nueva novia de Sacrificio, Fuyumi."

Los ojos rosas del joven vampiro brillaron peligrosamente ante el vampiro mayor.

"¡Ja! Así que éste es el hijo de Ore-Sama, bien, Panqueque hizo un buen trabajo-"

Kairos tomó al tercer Sakamaki del cuello de la camisa abierta, sus ojos brillantes con una advertencia clara en ellos, volviendo al color dorado original.

"¿A quien carajo le dices Panqueque? No veo ningún Panqueque por aquí, mí Madre tiene nombre."

Ayato siseo, mostrando sus colmillos, y Kairos siseo también, mostrando los suyos. Sin embargo, el timbre de salida junto con la aparición de los otros vampiros los sacó de su pequeña disputa.