ᴀᴍᴏʀᴛᴇɴᴛɪᴀ | ʟᴜɴᴀ ʟᴏᴠᴇɢᴏᴏᴅ

Capitulo Uno

Callum Evan Andersen despertó de sus sueños al sentir la luz del sol en su rostro, abrió los ojos, estiró sus músculos y se sentó en la cama.

— Que bien que estás despierto dulzura, desayunemos, en unas horas debes ir con Luna al callejón Diagon.

Su madre, Astella Andersen, una mujer muy dulce, llena de sonrisas y cariño, además de ser la mejor madre ella era excelente cocinera.

— Luna...—. Callum no pudo evitar sonreír.

-Callum? Levántate, a desayunar.

Su madre salió de su habitación y Callum caminó a su baño, listo para el día con Luna.

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Ambos adolescentes caminaban felizmente por las calles del callejón Diagon.

-Entonces papá dijo que fue la culpa de mi lechuza, puedes creerlo?

Ambos reían, Luna daba pequeños saltos al caminar y Callum solo la miraba con una sonrisa.

-¿Crees que este año sea diferente, Evan?

-Puede que si lo sea.. Mira, allí están los helados!

Y sin más Callum comenzó a correr.

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Ya era de noche, y ambos jóvenes se encontraban en casa de Callum, su madre, Astella, los había recibido con una bella sonrisa. Cenaron en familia, entre risas.

-¿Por qué no te quedas a dormir, Luna? Es tarde para que vayas a casa-. Comento Astella, con una sonrisa divertida al ver el rostro sonrojado de su hijo.

-¡Mamá!-. Dijo Callum, sonrojado hasta las orejas.

-Si me lo pide así, me quedare-. Respondió, con una dulce sonrisa, ellos eran como si segunda familia.

En la habitación de Callum, este había puesto un colchón en el suelo al lado de su cama, con una almohada y sábanas.

-Tu dormirás en mi cama, yo en este colchón-. Le dijo a Luna, a lo que está asintió con una sonrisa y cambiada con ropa que le había prestado su amigo.

Se quedaron hablando sobre trivialidades hasta la madrugada, cuando Luna se quedó dormida.

En el silencio de su cuarto, con la luz de la luna colándose por su ventana y una mirada enamorada, Callum suspiro y dijo:

-No sabes cuanto me gustas, Luna... se que debe ser algo cobarde de mi parte decirte esto mientras duermes, pero solo así tengo el valor suficiente para hacerlo-. Se hacerco a ella, y con un fuerte sonrojo de oreja a oreja, dejo un tembloroso, suave y dulce beso en su blanca frente.-Me gustas demasiado, Luna Lovegood-. La chica se removió, asustado, rápidamente se acomoda en el colchón y fingió dormir.

Luna no podía creerlo, ¿su mejor amigo de toda la vida estaba enamorado de ella? Sonrió feliz, su amor era correspondido. Con suavidad y disimuladamente, acaricio su frente, justo donde Callum había dejado un beso.

Esa noche, Luna soñó con una familia de ella y Callum. Casados, felices y con dos hermosos niños.

A la mañana siguiente, no quiso mencionar nada, para no avergonzar al pobre Callum.

Desayunaron juntos lo que había preparado la madre del chico.

Luna trataba de no pensar en ello, pero en su cabeza solo estaban las palabras de Callum "Me gustas demasiado, Luna Lovegood".

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El castaño miraba el techo de su habitación desde hacía horas.

El volver a Hogwarts lo mantenía despierto siempre, nunca le agradó esa escuela, aún así iba por Luna.. por su Luna.