Capitulo Tres

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Callum miraba desde la puerta del comedor a Luna.

Sabía que lo que estaba por hacer no era correcto, pero lo deseaba tanto que se dejó llevar.

Miró el pudín en su mano, al cual ya le había vertido amortentia y comenzó a caminar a la mesa de Ravenclaw.

—Luna.. ¿Estás mejor? Te traje un poco de pudín..

—Gracias, Evan.

Luna tomó el pudín, olió su aroma, madera, lluvia y canela, escondió su sonrisa y comenzó a comer, bajo la atenta mirada de Callum.

Luna no era tonta, era increíblemente inteligente, sabía que eso era amortentia.

—¿Está rico? ¿Sigues enojada conmigo por.. Casi matar a Granger?

Luna fingió quedar en un pequeño trance y volteó a ver a Callum con una gran sonrisa.

—¿Por qué no me había dado cuenta de lo bello que eres?

Callum sonrió felizmente y respondió.

—No lo se.. También eres hermosa..

—Callum.. ¿Sabes? Tus ojos son hermosos, tu eres hermoso..

—¿Enserio crees eso, Luni?

Callum, completamente nervioso y sonrojado suelta una tierna risa.

—Claro que si.. ¿Quieres ir al lago negro?

●◉◎◈◎◉●

Al llegar al lago negro, Luna retiro sus zapatos y sus medias, al igual que Callum.

Caminaban por la orilla del lago, tomados de las manos. Callum tenía el rostro ardiendo de lo rojo que estaba, Luna tenía una sonrisa divertida por las expresiones de su amigo.

— Sentemonos aquí, por favor —. Dijo Luna, mirando a Callum, este asintió con la cabeza y se sentaron en la orilla del lago.

Sentados como estaban, admiraban el paisaje, o al menos Luna lo hacía, ya que Callum solo la miraba a ella.

Una pequeña mariposa pasó volando y se poso en el cabello de la chica, su amigo alcanzó su mano hasta el pequeño insecto de color azul e hizo que se posara en su dedo.

— Es muy linda —. Susurró Luna.

— Lo es —. Contesto Callum.

Cuando la pequeña mariposa decidió emprender de nuevo su vuelo e irse de allí, Lovegood recostó su cabeza en el hombro de Evan. Este, sonrojado, pasó su brazo por la cintura de la chica, atrayendola hacia él.

Luna levantó la cabeza, mirándolo directo a los ojos, y dijo:

— ¿Por qué no me di cuenta antes de lo lindo que eres? —. Preguntó en un susurró, hacercando su rostro al contrario.

Andersen bajo su mirada a los labios de la chica, sabía que lo que estaba por hacer estaba mal, pero no pudo evitarlo. Él también fue hacercando su rostro.

— No lo se, pero desde niños e visto lo hermosa que tu eres —. Término con la distancia entre sus rostros y unió sus labios.

Comenzaron un beso dulce e inocente, lleno del amor que querían profesar al otro. Dulsura y amor eran los sentimientos que predominaban en su beso. Lentamente, la lengua de el chico pidió permiso para entrar a la boca de Luna, esta abrió sus labios y dientes sin dudarlo un segundo, también adentró su lengua en la boca contraria.

Así empezaron a explorar la cavidad bucal del contrario. Cuando se hizo notar la falta de oxígeno, se separaron.

— Sabes a pudín —. Dijo Callum, divertido. Luna sonrió y lo tomó por la nuca, uniendo sus labios otra vez.

Esta vez el beso fue más intenso, habían nuevos sentimientos en el.

Evan tomó a Lovegood de la cadera y la posiciono sobre sus piernas.

Luna pasó sus brazos por al rededor del cuello del chico, mientras este por su cintura.

No podían parar, ese nuevo sentimiento no se los permitía. Mientras más tiempo pasaba, el beso se volvía más intenso y fogoso.

Cuando Callum llevó su mano al borde de la falda de la chica e intento subirla, ella lo detuvo y se separo del beso.

— Aún no —. Dijo, alejándose de él. — Será mejor volver antes de que se den cuenta de que no estamos —. Se puso de pie y arreglo su ropa, agarro sus medias y se las puso, luego se coloco sus zapatos.

Callum solo pudo asentir y seguirla.

●◉◎◈◎◉●

Al llegar a su habitación, Luna se arrojó a su cama, con el rostro rojo hasta las orejas.

¡No puedo creer que lo bese! —. Pensó, hundiendo su rostro en la almohada. — ¿Cómo lo veré a la cara mañana? ¿Se habrá enojado porque lo detuve? ¡No, ¿en que estas pensando, Luna Lovegood?! Él no es así... ¿cierto? —. Se sonrojo, luego tomó aire y suspiro. Se levantó y se puso su piyama. — ¡Está decidido! ¡Mañana le diré que me gusta! ¿Debería prepararse algo para comer? ¿Quizás una galletas o unos pastelitos? —. Siguio pensando, luego se volvió a acostar debajo de las sábanas y durmió con una sonrisa, soñando con una hermosa familia al lado de Evan.

●◉◎◈◎◉●

Evan entraba por la puerta de su habitación, se quito los zapatos, se puso su piyama y se recostó en la cama.

¡No puedo creer que la bese! —. Pensó, sonrojandose de nuevo. — ¿Cómo la veré mañana a la cara? ¿Y si mejor me quedo durmiendo?... ¡No! ¡No puedo faltar a clases! —. Bufó, luego sonrió — ¡Está decidido! ¡Mañana le diré que sea mu novia! ¿Debería escribirlo en un pudín? ¿"Quieres ser mi novia, Luna"?... No, es muy tonto...—.  Lidiando con sus conflictivos pensamientos, se quedó dormido.

Esa noche soñó con la promesa que le había echo a Luna años atrás, cuando apenas eran unos niños llenos de inocencia. También con la palabras que le había dedicado cuando se quedó a dormir en su casa.

ᴀᴍᴏʀᴛᴇɴᴛɪᴀ | ʟᴜɴᴀ ʟᴏᴠᴇɢᴏᴏᴅDonde viven las historias. Descúbrelo ahora