Misión: divorcio ; kookmin au.

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Fue difícil para Jungkook no preocuparse por su omega cuando observó que parte de la comida que estaba en la bandeja se hallaba intacta y lejos del platillo principal. Con solo ver las proporciones, pudo intuir que Jimin había tenido un antojo ligero minutos antes y que Taehyung le había cumplido aquello con ayuda de la ama de llaves. Pero, como siempre que ella se involucraba, Jimin ni siquiera había tocado lo que Taehyung no había preparado para él y eso, sin duda, fue motivo para que el alfa se preocupara.

—¿Cómo te fue en el trabajo, alfa? —dijo Jimin, sin saber del debate mental que tenía el mayor en ese momento—. No hubo problemas para ti, ¿cierto?

Jungkook no podía entender cómo Jimin seguía sonriéndole y comportándose de manera tan dulce cuando, seguramente, estaba teniendo toda una batalla interna consigo mismo sobre todo ese asunto. Jimin incluso parecía normal y feliz, pero en el fondo, debía estar ahogándose en un mar de incertidumbre que lo atormentaba desde joven.

—¿Hace cuánto has estado cargando con esto, Jimin? —murmuró—. ¿Cuánto tiempo has vivido con miedo?

Jungkook tomó asiento justo a su lado, usando una de los pequeños sillones que adornaban la habitación. Entendió la confusión de Jimin tras escuchar su murmullo, por lo que sostuvo su mano y besó sus dedos, decidido a entender su dolor y preocupación.

—Amor mío, todo este tiempo te he amado más que a nadie y mi deseo siempre ha sido que te sientas feliz y tranquilo —le dijo. Jimin asintió a sus palabras lentamente, sin saber muy bien cómo tomar las palabras del alfa—. Anhelo que nuestra vida esté llena de felicidad a partir de ahora. Y que tú puedas sentirte seguro en todo lo que hagas en el futuro, sin esta capa de miedo que ahora te está frenando a vivir plenamente.

—Jungkook...

—Todos estos días has rechazado la comida que alguien más prepara para ti, Jimin —mencionó, todavía acariciando la mano del omega con cariño—. He podido ver el miedo en tus ojos cada vez que alguien aparte de mí, Taehyung o Yeonjun acercaba algo de comida para ti. Sé que, posiblemente, resulte difícil para ti decírmelo con claridad, pero no hay nada que desee más en este momento que confíes en mí y me digas lo que te aqueja.

Jimin sintió ligero miedo cuando se vio atrapado por el alfa. Deseó no haberle puesto en sobreaviso, pero ya era demasiado tarde. Quiso apartarse y no escuchar más aquello, pero Jungkook presionó un poco más su agarre, sin lastimarlo, y se encargó de reconfortarlo con sus feromonas.

—Entiendo si tienes miedo, cariño, pero necesito conocer qué está causando toda esta desconfianza en ti para buscar una solución adecuada —insistió—. Por favor, explícame lo que sucede y yo me encargaré de arreglarlo. No te juzgaré, ni diré algo que te haga sentir mal. Al contrario, usaré todo lo que tenga en mis manos para ayudarte a superar esto. Así que, por favor, confía en mí y dime qué te prohíbe sentirte seguro con los demás.

Jimin todavía tenía dudas. No deseaba decirle la verdad, porque temía que Jungkook pensara que estaba mal de la cabeza y temía que lo abandonara por eso. Era un miedo que lo acompañaba cada vez que deseaba comentarle sobre aquel suceso, pero también sabía que no podía ocultarlo más tiempo y que su alfa iba a descubrirlo en algún momento. Iba a ser mucho más doloroso para él responder cuando Jungkook se hallara lo suficientemente preocupado para sentirse inútil por no haberlo descubierto a tiempo. Y eso sin duda iba a lastimarlo más.

Jimin no pudo callar más lo que sentía, porque sabía que necesitaba ayuda de alguna manera. Y sabía que, si no podía confiar en su alfa, no iba a poder hacerlo con otra persona. Y el ciclo de dolor y miedo continuaría hasta lastimarlo. Por eso, y solo tal vez porque sintió el tacto del mayor en su piel, decidió ser sincero y liberar todo lo que había guardado hasta ese momento.