Misión: divorcio ; kookmin au.

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Yeonjun escuchó atentamente el protocolo previo a la declaración de los testigos. Su padre se encontraba sentado en el lugar que correspondía, jurando decir la verdad absoluta de todo el dilema planteado. Lo mismo había hecho su tío dos horas atrás, cuando se presentó como testigo, por lo que no fue algo nuevo para él. Taehyung comenzó respondiendo las preguntas iniciales dadas por Namjoon, quien estaba como abogado acusador de Choi en ese juicio. Las preguntas eran suaves, hasta que llegó una relacionada al accidente de unos años atrás.

—¿Puede contarnos cómo fue el accidente de su hijo mayor? —mencionó Namjoon—. ¿Tuvo algo que ver el señor Choi con eso?

Taehyung observó al hombre sentado en una de las mesas del juzgado. Choi Minhyuk no parecía arrepentido de nada, pero sí que lucía demacrado en su sitio. No existía nada del hombre altivo y poderoso que conoció en el pasado. Era un hombre simple que esperaba su sentencia.

—Unos años después de que mi hermano se casara con Choi Minhyuk, recibí una carta de Jimin donde me contaba que su esposo había usado un afrodisíaco para abus4r de él una segunda vez cuando nuestra madre le insistió que debía castigarlo por un error que había cometido —declaró Taehyung—. Ese dichoso error fue su intento de escape de esa casa.

Taehyung sintió todavía el odio enervandose en su sangre, pero también la tristeza por recordar ese episodio doloroso para Jimin.

—Jimin se había encontrado casualmente a Jungkook en la ciudad, mientras realizaba unas compras. Debido a la historia que compartían, mi hermano sintió que ese encuentro era una oportunidad para cambiar el rumbo de su vida, por lo que intentó escaparse de su hogar para buscar a Jungkook y explicarle la verdad detrás de su matrimonio. Quería contarle todo lo que había ocurrido cuando se fue, pero mi madre terminó enterándose de eso y le pidió a Minhyuk que lo castigara por intentar escaparse. —Taehyung se limpió las lágrimas que descendieron por sus mejillas antes de continuar su relato—. Choi lo encerró y le dio un afrodisíaco para castigarle de esa manera. Abusó de mi hermano las veces necesarias hasta que él ya no tuvo valor de escaparse o ir en su contra.

Toda la sala quedó en silencio en su relato. Incluso Choi permaneció sin decir nada, solo escuchando las palabras acusatorias de Taehyung.

—Por avisarle sobre eso, Minhyuk le regaló un par de acciones de su empresa a mi madre, las cuales eran manejadas por el esposo de Haneul —volvió a decir—. Eso le dio el dinero necesario para contratar a las personas que intentaron asesinar a mi hijo.

—¿Por qué se dio este intento de parte de su madre? —cuestionó Namjoon—. ¿Qué ocurrió para que se pusiera en contra de su hijo?

—Después de lo que Jimin me relató, decidí que era suficientes abusos e injusticias en su contra y busqué el apoyo de los demás para salvarlo de esa vida —relató el omega—. Los reuní a todos en una misma sala y les pedí que me ayudaran a rescatar a Jimin. Mi hermana Haneul terminó traicionándome y se lo contó a mi madre. Fue, entonces, que decidió silenciarme a través de mi hijo, a quien adoraba como a nadie.

Taehyung acarició sus manos al recordar dicho momento. Todavía podía sentir su propia desesperación cuando sintió como Yeonjun dejaba de respirar.

—Fue una tarde de septiembre, días después de que mi Yeonjun cumpliera los 6 años —dijo—. Él estaba jugando con una pelota en el exterior, mientras yo me encargaba de la limpieza de la casa. Era muy inusual que los autos pasaran por allí, ya que existía una autopista a dos cuadras de nuestra casa. Por eso, no me preocupé de que jugara en ese lugar. Lo vigilaba cada cinco minutos, porque no quería que se perdiera o algo parecido. —Hoseok bajó la mirada cuando recordó lo que su esposo le había comentado ese día al regresar del trabajo—. Lo observé un momento y, luego, continué doblando la ropa en el salón. Pensé que todo estaba bien, pero a los segundos escuché el sonido de los frenos de un auto y, luego, un golpe seco. Escuché como el auto volvía a ponerse en marcha y otro golpe. Sentí de inmediato el lazo que me unía a mi hijo y cuando salí a verlo, él estaba en el suelo, rodeado de sangre, mientras el auto se alejaba rápido en el sentido contrario.