Misión: divorcio ; kookmin au.

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Todos se reunieron alrededor de la camilla de Jimin cuando este por fin despertó de la anestesia. El omega estaba feliz de verlos tan pequeños y sanos en sus brazos que no pudo evitar llorar de la felicidad.

—Son hermosos... —murmuró, mientras besaba la cabeza de su pequeño Jungmin—. Son tan hermosos, Jungkook.

Jungkook, quien traía a Seungmin en sus brazos, asintió a sus palabras antes de besar la frente de su omega. La felicidad entre ambos era tan notoria que todos resultaron conmovidos por la escena.

—Son nuestros amados hijos, cariño —mencionó el alfa, acariciando su cabello—. Los bebés que tanto habíamos esperado.

Jimin sonrió inmensamente. Alzó la mirada un segundo y se dio cuenta de la presencia de sus familiares. Todos allí estaban felices por él, pero entre todos, el omega buscó la mirada de Soobin, quien parecía tímido en una de las esquinas. Y también la mirada de Yeonjun, quien parecía cautivado con todo ello.

—¿No quieren cargarlos? —les dijo a ambos jóvenes—. Sería bueno si mi amado sobrino y el adorado hermano mayor de estos bebés pudiesen cargarlos.

Soobin fue el primero en acercarse a Jungkook para tomar al bebé en brazos. El alfa le explicó como debía cargarlo y lo ayudó para que no se le cayera. Ambos alfas sonrieron por ello y Soobin pudo sentir una ligera conexión que nacía con aquel diminuto bebé. Jungkook sonrió cuando lo observó conmovido por ello y abrazó a ambos, mientras el más joven tomaba la mano de su nuevo hermano.

Por su lado, Yeonjun se acercó al omega y tomó en brazos al pequeño bebé, siendo guiado por el mayor en todo momento. Jimin sonrió en su dirección, al mismo tiempo que tomaba la mano del más joven.

—Gracias por haber insistido tanto en unirme a mi alfa y por haberme acompañado en cada uno de mis encuentros con él —le dijo, sonriendo—. Es por ti que ahora tengo la dicha de tener a estos hermosos bebés y siempre voy a estar agradecido por eso, Yeon.

—Tú... merecías ser feliz, tío —mencionó, entre lágrimas—. Al lado del alfa que amabas.

—Fuiste el único que decidió hacer algo por mí y eso causó que este fuera mi presente, Yeon. —Jimin le pidió que se acercara para dejar un beso en su frente—. Gracias por haber sido mi ángel en el pasado y ahora. Te estaré eternamente agradecido por ello.

Yeonjun sonrió y al poco tiempo devolvió al bebé a los brazos de Jimin. Pudo ver la hermosa familia que se había formado entre ellos y nada le hizo más feliz. Porque ellos merecían vivir ese momento más que nadie, después de tantos sufrimientos.

02 de septiembre de 1998

Querido Jungkook, escribo esta carta porque sé que no podré enviártela aún. Lo utilizaré como un pequeño diario para mí, mientras espero tu respuesta a mi carta escrita por tu cumpleaños. No sabes cuanto ansío hablarte de nuestro bebé y contarte todo sobre él. Me gustaría decirte que ha estado pateando mucho últimamente y no me ha dejado dormir estos días. No sabía cómo detenerle hasta que empecé a cantar para él. Creo que le gusta mi voz, porque se calma de inmediato cuando me escucha hablarle o cantarle. Es una hermosa conexión que no quisiera perder nunca. Y que me gustaría que tú pudieras sentir algún día. Seguiré esperando a tu regreso, junto a nuestro hijo. Y espero que puedas encontrarte con nosotros pronto. Por el momento, te diré que lo he llamado Jungmin. Es la combinación de nuestros nombres, como sugeriste cuando hablamos de niños. ¿Te gusta? Espero que sí. Espero que podamos cargar a nuestro Jungmin pronto y que puedas conocerlo en tu regreso.

Con todo su amor, Park Jimin.