Bien, había fallado, lo admitía, había perdido las pruebas que podían servirle de mucho, así que Jimin optó por la opción B.Había tardado en investigar a todos los ministros, obviamente iba a haber uno que otro ministro que odiara en silencio al presidente y lo encontró.
Min Yoongi, ministro nuevo de economía, además de estar en contra de las nuevas leyes en contra de la homosexualidad, Jimin había descubierto algo muy guardado, un secreto muy íntimo, y es que el ministro de economía era un homosexual closetero, sí, ¿Qué era lo que iba a hacer?.
Fácil y sencillo, lo iba a seducir y le iba a sacar información contundente sobre el presidente, claramente antes de esto el se prometió a si mismo no enamorarse de él, sólo lo seduciria por una noche y le sacaría los secretos sucios que sabía sobre el presidente.
Eran las 4:00 de la tarde, la hora perfecta, ¿Porque?, porque podría convencer a Min de tomarse un par de copas con él y despues hacer su magia.
— Buenas tardes, tengo una cita con el ministro de economía. — Dijo el pelinegro con el rostro neutro.
— ¿Enserio?, Park Jimin, ¿Tiene una cita con un ministro?. — Preguntó el guardia incrédulo.
— Si, si quiere lo puedo llamar. — Dijo Jimin sacando su teléfono.
— No, no quiero problemas, está bien, pase. — Dijo aún desconfiado, pero era un simple periodista, bah.
— Gracias. — Sonrió con malicia y se dirigió a la oficina del ministro.
— ¿Qué hace aquí?, ¿Tiene alguna cita con el ministro?. — Preguntó una chica rubia que estaba al frente de esa gran oficina.
— Así es, ¿Y tu eres?. — Ryujin asistente del ministro de economía, obviamente lo sabía.
— La asistenta del ministro. — Dijo arqueando una ceja.
— Si, tengo una cita y es muy importante verlo. — Dijo el pelinegro entrando a la oficina y dejando a la rubia levemente confundida.
Un pelinegro tenía clavada su vista en los papeles que tenía en ambas manos.
— Ryujin, aún no es la hora del té. — Dijo el pelinegro sin mirar quién estaba al frente de él.
— ¿Enserio?, pero si ya son las 4:20 ministro, es verdad, para que un té cuando podemos tomarnos unos tequilas, ¿Qué dice?. — Jimin sonrió en grande.
— Largo, ¿Quién te dejo entrar Park?. — Dijo Yoongi mirándolo fulminante.
— Auch, me hiere. — Dijo el pelinegro agarrándose el pecho y haciendo una mueca de dolor.
— Déjese de estupideces, porque tengo trabajo que hacer. — Yoongi se quitó las gafas que traía puestas y lo miró de nuevo.
— Uy, ministro, ¿Alguna vez le han dicho que se ve muy sexy sacándose las gafas?. — Dijo Jimin poniéndose atrás de él y empezando a hacerle unos masajes en los hombros.
Pues para Jimin eso no era mentira, Yoongi se veía muy guapo con y sin gafas.
— Bueno, me lo dicen a veces.. — Sonrió y río bajito estando levemente sonrojado.
— Pues deberían decírtelo más, ¿No le gustaría acompañarme por un par de copas?. — El pelinegro paso sus manos por el pecho de Yoongi lentamente.
— No, ¿Qué estás tratando de hacer?. — Dijo Yoongi empujando a Jimin bruscamente y alejándose de él.
— Oh vamos ministro, no sea agua fiestas, son solo dos copitas, dudo que algo malo pueda pasar. — Dijo inocentemente.
— ¿Porque derrepente quieres invitarme a tomar?. — Dijo ceñudo.
— Porque usted me parece atractivo ministro, no mentiré. — Dijo con un tono seductor.
Yoongi ladeó su cabeza y analizó al pelinegro.
(Minutos después)
— Ministro, N-no pensé qué usted sea tan brusco...— Dijo jadeando el pelinegro entre los brazos de Yoongi.
— Cállate Park. — Dijo dándole un beso.
Yoongi recorría con sus manos el abdomen de Jimin, era un toqué muy tortuoso para el periodista, él lo admitía, no quería a Min sólo por una noche, lo quería para varias más...
Ese no era el plan, pero tampoco podía evitar y ignorar lo que el ministro closetero causaba en él.
— Dijiste que solo serían dos copas, me mentiste. — Dijo gruñendo Yoongi acelerando sus movimientos.
— Fue por, ¡Ah!, u-una buena causa... — Dijo temblando de placer.
— Mierda, cómo es que te enteraste que soy homosexual, joder, Jimin eres un maldito metiche. — Yoongi torturaba al pelinegro con sus movimientos.
— Si, si, di todo lo qué quieras, pero no pares... — Dijo aferrándose a la espalda del pelinegro.
Ambos llegaron al punto máximo y calleron rendidos en el suave colchón de un hotel cinco estrellas, obviamente el ministro no permitiría tener sexo en cualquier lugar.
un poco de yoonmin jejej
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the president | kooktae♡
Romance❝¿Qué diría el país entero si se enterára de que su amado presidente se folla a su ministro de educación en el mismo escritorio donde él aprueba las leyes en contra de la homosexualidad? Un presidente, un ministro, un periodista y una mentira. ❞ ...