ꕤ「capitulo 9」

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Taehyung se estaba mirando en el espejo, se había puesto muy lindo para su cita con Jungkook ya iban a ser las siete así que él mayor pronto vendría por él a recogerlo.

— ¿Debería llamarlo para preguntarle por dónde está.....?.— Cuestionó mientras seguía mirandose al espejo.

El castaño agarró su teléfono y antes de llamar al pelinegro sus ojos se abrieron de par en par al recordar algo.

— Mañana es su cumpleaños. — Tae maldijo para sus adentros. — Genial, qué buen novio eres Taehyung, mañana es él cumpleaños de Jungkook y no le has comprado nada.

El menor caminaba por toda su habitación hasta que se le ocurrió una idea.

A Jungkook le gustaban los videojuegos, así que decidió llevarlo mañana a un lugar con varias máquinas de videojuegos.

— Mmmmm, no es suficiente, después de eso podría llevarlo a cenar, ¡Si!, ¡A él le encantan las hamburguesas!. — Tae se sintió más tranquilo, ya tenía planeado que hacer mañana con Jungkook por su cumpleaños.

Estaba tan sumido en sus pensamientos, que no se había percatado de que alguien estaba tocando el timbre de su departamento insistentemente.

— ¡Tae!, ¡¿Taehyung estás ahí!?. — Se escuchó.

El castaño salió exaltado de su habitación y se fue a abrir la puerta.

— Lo siento, estaba muy concentrado en algo Koo. — El mayor lo miró con una leve sonrisa.

— Te ves precioso bebé, ¿Ya estás listo?. — Cuestionó.

— ¿Uh?, si, solo déjame tomar mi billetera y nos vamos.

Jungkook asintió y espero por unos minutos en el marco de la puerta, después vio salir a Taehyung de su habitación con una sonrisa de oreja a oreja.

— Ahora si, vámonos. — El castaño sonrió mostrando todos sus dientes tiernamente.

El corazón del pelinegro se aceleró y miró detalladamente el rostro y la sonrisa del contrario totalmente enamorado, el de mejillas regordetas lo traía muy mal.

— C-Claro. — Aveces cuando veía al menor no podía ocultar los nervios y las emociones que este le transmitía.

Si, él era el mayor, pero cuando estaba con Taehyung, él se convertía en un chiquillo enamorado, mientras que ambos salían del edificio Jungkook no pudo evitar recordar él día en el que ambos se conocieron.

— Mina, que pase el siguiente. — Dijo él mayor totalmente exhausto, pues su esposa no hacía más que molestarlo y exigirle dinero, más y más dinero.

La puerta de su oficina se habrío dejando ver a un chico castaño de no más de 20 años de edad, tenía puesto unos pantalones negros y una camisa blanca, su pelo tapaba su frente y tenía puestos unos lentes circulares.

Tierno, pensó el mayor.

— Tu nombre porfavor. — Dijo Jungkook mirándo su hermosa figura de reojo, en especial su pequeña y fina cintura.

— Kim Taehyung, buenos días señor presidente.— Hizo una reverencia.

— Toma asiento porfavor y dame tus documentos.

— Claro.— El castaño se sentó en la silla que estaba delante del pelinegro y le extendió sus documentos. — Ahí los tiene.

Jungkook tomó el sobre y empezó a leer las hojas tranquilamente.

Buena universidad, notas sobresalientes, era lindo y educado, el pelinegro apartó la vista de los documentos y miró al menor delante de el cómo si fuera la joya más preciosa del mundo.

Taehyung no se percataba de la mirada del mayor, pues tenía sus ojos clavados en un cuadro que estaba en una pared de la oficina.

— Taehyung. — Llamó y el castaño rápidamente lo miró.

— ¿Si señor?. — Respondió.

— Porfavor responde mi pregunta, siendo tan joven, ¿Porque deseas convertirte en el próximo ministro de educación?, porque no buscas otro tipo de trabajo, de medio tiempo, como la mayoría de jóvenes, ¿Mmmm?, ¿Porque amarrarte a un escritorio cuando puedes disfrutar de tu vida?.

El menor sonrió en grande y el mayor sintió algo removerse en su interior. — Esa pregunta es muy fácil de responder señor, pues verá, no soy cómo el resto, realmente me gusta mi país y quiero convertirlo en uno mejor, quiero mejorar la educación, quiero que todos los niños y adolescentes puedan recibir todos los recursos necesarios para sobresalir, la idea de amarrarme a un escritorio no me parece mala si me gusta lo que hago. — Dijo con simpleza.

— Me sorprendes demasiado, ¿Sabes?, Me gusta tu forma de pensar.— Dijo guardando los documentos del menor de nuevo en aquel sobre naranja.— Felicidades Kim Taehyung, tú serás el próximo ministro de educación. — Soltó sin más, sorprendiendo al menor.

Tae se levantó de su asiento y hizo una reverencia con una sonrisa que hacía acelerar el corazón del pobre Jungkook.

— ¿En qué tanto piensas Kookie?. — Cuestionó Tae mirándo al pelinegro mientras este seguía conduciendo el auto con una sonrisa boba.

— ¿Qué?, oh, estaba recordando el día en el que nos conocimos, te veías muy lindo con esos lentes y con ese peinado que tapaba tu frente.

— ¿Enserio?, tú también te veías muy guapo y ardiente ese día.— Sonrió.— Aún uso mis lentes.

— Me gustaría verte con ellos cariño.

— Me los pondré más seguido entonces.

Ambos sonrieron con cariño, pues ambos sabían que ese día en el qué se conocieron, fue el día en el que una linda historia de amor iniciaría.

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the president | kooktae♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora