capitulo 13

3 1 0
                                    

-y tú quien demonios eres!?

Esa oración daba vueltas y vueltas en mi cabeza, no podía creer lo que había escuchado y menos aún podía creer lo que mis ojos veían, una mujer muy hermosa le estaba discutiendo a mi esposo que debía reconocer a su hijo y además debía casarse con ella o de lo contrario perdería todo lo que él había logrado, pero más me dolía que Diego no dijera nada, mis ojos comenzaron a picar y lágrimas amenazaban con salir pero las detuve, y ya que el no pudo responder lo hice por el.

- hola, mi nombre es Ruth - hablé decidida a medida que caminaba en su dirección, Diego estaba muy pálido y se que temía por las palabras que pudiera decir a continuación, pero yo era la culpable de que el buscará otra mujer porque en todo este tiempo que él estuvo ante mi yo preferí ignorarlo por mi orgullo, así que ahora debía asumir las consecuencias de mis actos. - yo soy prima lejana de Diego, creo que no te ha comentado sobre mi - dije y pude ver el alivio en las respiraciones y cuerpos tensos de ambos

- ah, hola, mi nombre es Valeria, salgo con Diego desde hace 3 años - y ahí fue cuando toda la culpa que tenía dentro de mi paso a ser rabia, el imbécil me engaño y jugó conmigo, creo que la decepción en rostro fue muy evidente porque pude sentir los ojos de Diego en mi.

- llegue de Cuba hace varios meses, pero por cuestiones de trabajo supongo que no coincidimos antes. Con permiso ya me voy a descansar, los dejo para que hablen.

Creo que la tal Valeria se despidió de mi, pero solo escuche voces a lo lejos, no me importó parecer maleducada pero si me quedaba un minuto más ahí me echaría a llorar delante de ellos, entre a mi habitación y pase el pestillo, llore por horas hasta que me di cuenta que he superado muchas batallas sola y que está no me vencería. Entre en una página para buscar empleo y siendo mi suerte tan pésima me respondieron de inmediato, era una clínica privada de secretaria y para mí favor quedaba bastante lejos del estado donde Diego vivía, debería irme ya o de lo contrario no estaría mañana a tiempo en mi nuevo empleo. Recogi todas mis cosas y escribí a mis amigas, que tomaron la decisión de partir conmigo y no dejarme sola en este momento. Hoy comenzaba una nueva vida ... Y una nueva decepción amorosa que me costaría muchísimo superar.

contrato de trabajo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora