La familia Beaumont Johnson toma la decisión de regresar a Riverdale después de pasar 10 años en Los Ángeles. Claro que la familia se llevó una sorpresa al ver que todo en el pueblo estaba patas arriba, gracias a la aparición de un asesino... El Enm...
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Los besos siguieron por el cuello de la rubia mientras Sweet Pea disfrutaba de las reacciones de la menor, los suspiros y pequeños jadeos que se le escapaban, de vez en cuando le hacían saber que iba por buen camino. Sus manos acariciaron la cintura de Lexie erizando la piel de la adolescente en el proceso, Lexie bajo sus manos al pecho de Sweet Pea dejándolas ahí, mientras, en cambio, el pelinegro empezaba a besar un poco más abajo del cuello de Lex llegando a sus clavículas que estaban algo descubiertas por la camisa que llevaba en ese momento.
Momento de cambiar los roles.
Lexie se separó de Pea antes de que le quitara la camisa, dejando un poco confundido al mayor, con una sonrisa egocéntrica camino hacia adelante empujando al pelinegro, dejándolo sentado en la tapa del inodoro. Se sentó a horcadas en el regazo de Sweet Pea quien llevó sus manos a la cintura de Lex al mismo tiempo que la rubia empezaba a besar su cuello tomando su tiempo y dejando sus manos en los hombros de Pea.
Lexie no estaba clara en qué momento habían llegado a eso, para ella el tiempo dejo de correr cuando Sweet Pea colocó el primer beso en su cuello, un punto muy sensible en el cuerpo de la rubia. Los suspiros por parte de Sweet no se hicieron esperar mientras la rubia besaba y movía lentamente sus caderas, creando fricción entre ambos cuerpos. Sweet Pea estaba perdido, los golpes que había proporcionado su padre esa tarde ya no dolían y sus manos se ajustaba perfectamente al cuerpo de la rubia, estaba totalmente perdido en el placer hasta que Lexie dejo de besar su cuello y llevó una de sus manos a la mejilla no herida del azabache.
Sus miradas se conectaron, por un momento no eran Empire States y princesita del norte.
Las mejillas de Lexie se sonrojaron y eso fue lo que le indico a ella que era mejor ocultar su rostro nuevamente en el cuello de Sweet donde volvió a dejar besos, pero bajando más a sus clavículas, las manos de la rubia consiguieron su camino al tocar el abdomen vestido del pelinegro, alzó su franelilla lo suficiente para meter sus manos bajas de la misma y acariciar por debajo de la tela.
