🔥MIGUEL O'HARA🔥

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No era un secreto que Miguel y la mujer salían desde hace ya un tiempo, y tampoco el hecho de que discutieron unos días atrás y apenas se hablaban desde entonces. Al parecer ella le había reprochado que no pasaban tanto tiempo juntos como le gustaría, y el hombre se excusó con que debía encargarse de proteger el multiverso.
Una situación bastante complicada, porque Miguel parecía no ceder al estar obsesionado con aquella ideología. Sin embargo, la ausencia de la mujer le estaba afectando demasiado.

Gracias a la alerta de una intrusión en una de las dimensiones—algo bastante serio y peligroso—pudo deshacerse de esos pensamientos por un momento.

No fue agradable cuando se encontró con que ella fue una de las causantes.

—¿¡Intentas retarme o algo!?—bramó en un tono furioso—. ¡Esto no es un maldito juego!

A pesar de haber quedado a escasos centímetros acercándose con su figura amenazante y de gran tamaño, la mujer no retrocedió ni un solo paso.

—Fue sin querer—dijo despreocupada, lo que encendió todavía más a Miguel.

Iba a reclamarle, pero se dio cuenta de algo muy importante. No encontraba por ninguna parte los ojos tan dulces con los que siempre le miraba ni esa sonrisa tan radiante que le dedicaba siempre que se encontraban.

Amor mío...—se escapó desde lo más profundo de su corazón.

—Resolveré mi desastre, no te preocupes—dio media vuelta.

Ni siquiera un beso.

•••

—_______, quédate—ordenó al ver cómo el resto de Spideys a los que acababa de regañar salían de su despacho—. Por favor—dijo más tranquilo al ver mi rostro serio.

—¿Qué quieres? Al final lo hemos resuelto todo—le seguía con la mirada al ver que bajaba de la mesa de controles para acercarse—. ¿Qué?

—Lo siento.

—Vaya, eso es nuevo—rodé los ojos con los brazos cruzados.

—En serio, lo siento, _______. No puedo soportarlo. Prometo que a partir de ahora todo será diferente. Sólo... dame otra oportunidad.

—Miguel...—suspiré—. No quiero que nos hagamos daño entre nosotros.

—No pasará—entrelazó sus dedos, mirándome con cariño—. Haré mi mayor esfuerzo.

—Está bien, entonces—dije tras tomarme unos segundos de meditación.

Sonrió con alivio, se acercó, inclinando su cuerpo para juntar sus labios. Era un beso tierno y delicado, pero que subió un poco cuando suspiré al sentir sus manos apretar mi cintura.

Cada tacto suyo me enciende por completo y lo sabe.

—Eres malo...—resoplé contra sus labios al separarme en busca de aire.

—Te he necesitado tanto estos días...—respiró agitado—. Y no has colaborado para nada—frunció un poco el ceño—. Te has estado portando muy mal—comenzó a besar mi cuello con afán.

—Tal vez quería llamar tu atención—gemí bajito, sus colmillos rozaron mi piel.

—Lo lograste.

Su acento español terminó por derretirme, mis piernas flaquearon, pero él me sostuvo con fuerza cargándome hacia la mesa de controles. Volvió a besarme de forma demandante y sentía cómo sus manos querían explorar todo mi cuerpo.

—¿Aquí?—solté una risilla, se le notaba realmente ansioso.

—Sí—gruñó, empujándome contra la mesa para tumbarme y deshacerse de mi traje—. ¿No quieres?

[] SPIDER-VERSE [] ONE-SHOTS []Donde viven las historias. Descúbrelo ahora