Capítulo 5.

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Seúl estaba viviendo su primera navidad blanca en años y, Mingyu estaba encantado de verla. Era una vista tan espectacular que se preguntaba porque nunca llegó a apreciar tal belleza. Desde las ramas de los árboles, los edificios bañados de blanco, las personas arropadas hasta el cuello por el frío o la simpleza de ver los copos de nieve caer cerca de la Navidad le recordaba lo inmerso que siempre estuvo en el trabajo y nunca en la vida a su alrededor.

- Aquí tiene su orden, Sr Kim – la suave voz de Wonwoo le devolvió al café y su nariz fue recompensada con el olor a chocolate con canela – Estás muy distraído hoy.

Wonwoo y él habían establecido una amistad agradable durante el mes. Cada día con excepción del fin de semana, se esperaban en la entrada de sus respectivos trabajos y caminaban juntos charlando hasta la parada de autobús. Algunas veces, Mingyu le invitaba a comer a algún que otro restaurant cerca de la ciudad y otras comían en compañía de los hyungs del menor.

- Quedan dos días para Navidad – analizó el moreno – Me pone un poco nostálgico la fecha.

- ¿Irás a casa? - Wonwoo sabía de su situación pues en uno de sus paseos logró sincerarse con él – Si no, puedes venir conmigo a Changwon.

- ¿Crees que tus padres podrían recibirme? No me gustaría arruinarles las fechas.

- Mingyu, salí del closet cuando tenía 14 años y según mi madre y padre ellos ya lo sabían – rió ante la expresión en el rostro del moreno – Además, a mi madre le encantará tener una boca más para alimentar.

Nunca había sido fácil para él estar solo en esas fechas, sin embargo, ahora estaba recibiendo una invitación tan sencilla y dolorosa a la vez que asintió aceptando la propuesta. El rostro de Wonwoo se iluminó como las luces navideñas del centro y dio golpecitos en la mesa conteniendo la emoción. Era tan hermoso verlo como un cachorro emocionado que él también se rió. Al menos este año no estaría tan solo como los anteriores.

Entró a su trabajo veinte minutos más tarde con un café para Seungcheol y tomó asiento en su escritorio concentrándose lo más que pudo. La verdad su mente no estaba en la oficina ni en la pila de archivos que debía revisar sino en el joven de cabello negro de la cafetería de enfrente. Wonwoo había sido toda una sorpresa y un soplo de aire fresco para su extraña vida. Era tan espontáneo, modesto y seguro de si mismo que le daba algo de envidia y a la vez le permitía tomar algo de esa seguridad. Al verle pensarías que es un tanto tímido hasta que se abrió a él como una flor de fuego llena de cualidades para regalar y de unos sentimientos tan puros como la misma belleza interior que ocultaba.

"A mi madre le encantará recibirte estas Navidades. Solo dice que te asegures de traer a Zy" leyó con una sonrisa.

El fin de semana de Navidad llegó como un parpadeo. Empacar para ir a Changwon había sido un poco difícil. El frío atroz amenazaba con invadir la ciudad acompañado de una tormenta de nieve brutal, así que metió chaquetas gruesas y los abrigos de Zy. Su Golden retriever le miraba interrogante y le ladró al ver como tomaba su ropa y la echaba en una maleta personalizada.

- Pasaremos Navidad afuera, amigo – aclaró recibiendo otro ladrido – Claro que irás conmigo pero. debes comportarte porque iremos con el chico del que te hablé hace unos días.

Llámenlo loco pero Mingyu era consciente de que aquel perro lo estaba mirando con una ceja arqueada y no, no estaba nada contento de ir con el frío. Zy no salía demasiado, exceptuando los findes y detestaba estar con extraños pero la madre de Wonwoo le había pedido conocer al cachorro y él no se lo negaría. Terminó de empacar justo cuando Wonwoo le llamaba para avisarle de que estaba abajo. Ató la correa de Zy y tomó las maletas bajando a toda prisa. Ya había comprobado que todo estuviera desconectado y sonrió al ver al pelinegro conducir por primera vez.

Querencia II: Serendipia (Minwon) [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora