Existía una leyenda entre los hombres de apellido Jeon desde que Wonwoo tenía memoria. Contaba la historia familiar que, cada vez que la primavera llegaba, surgía una conexión más profunda entre las parejas formadas entre los miembros y sus compañeros. La parte bonita era que el amor que sentían era tan genuino y delicado como los pétalos de una flor recién abierta cuyo aroma duraba en tus manos desde que la tocabas hasta que esta fallecía. Lo negativo era que este tipo de amor solo surgía una vez en todas sus vidas. Para Wonwoo eso siempre fue una fábula para que no perdiera la esperanza de encontrar a su alma gemela hasta que los hilos del universo se movieron a su aire y colocaron a Kim Mingyu en su camino en el momento menos indicado pero preciso.
Mingyu jamás pensó encontrarse con un cariño tan genuino y con un amor tan inocente que le dió motivos para sonreír más a menudo. Pensó que su soledad era su castigo por no cumplir con las expectativas de sus padres y por amar lo "incorrecto". Pero el destino y la vida tienen su manera de otorgar regalos y, tomar la mano de Wonwoo se sentía como más que una recompensa, porque era su honor.
La temporada de cerezos había comenzado días atrás y, gracias a que los fines de semana ambos los tenían libre, pudieron pasear de la mano con la felicidad brotando de su piel. El sol calentaba la unión de sus manos y el aire fresco los felicitaba por su unión. Tal y como si la madre naturaleza estuviera feliz de que ambos se hubieran unido.
- Mira – señaló Wonwoo a un nuevo restaurant de BBQ que habían abierto - ¿Es aquí?
- Creo que sí pero, hay un millón de gente.
- Hay que celebrar tu ascenso, Kim – rodó los ojos el pelinegro y caminó hasta la fila – Si quieres comer, sabes dónde encontrarme.
Esos detalles le hacian inmensamente feliz. Wonwoo era tan claro como el agua y si algo no le gustaba lo decía sin tapujos. Desde el comienzo de su relación varios meses atrás se aseguró de que la sinceridad y la honestidad fueran los pilares de su relación más allá del posible malestar que algunas situaciones pudieran causar. Y ese día era de celebración. El arduo trabajo de Mingyu en la empresa y en sus proyectos lograron que ascendiera a Jefe de División y ahora tenía más responsabilidades pero podía delegar en sus compañeros. El resultado fue que cada noche a las 8 pasadas recogía a Wonwoo en la cafetería y de ahí salían hacia su departamento, porque sí, Wonwoo aceptó vivir juntos y aprovechar más el tiempo.
- No olvides que te aprobaron en la universidad – susurró en su oído logrando un sonrojo potente – Así que eso también podemos celebrarlo.
- No es lo mismo pero lo acepto totalmente – afirmó el pelinegro sonriéndole a la chica de la recepción – Esto avanza bastante rápido.
- ¿Prefieres comer aquí o en casa? - preguntó Mingyu mirando lo abarrotado que estaba dentro – A mi me da igual pero esto está lleno.
- Comamos aquí anda – Wonwoo hizo un puchero adorable y el moreno rió – Siempre comemos en casa y aunque realmente disfruto estar ahí, es tiempo de cambiar de panorama por un día.
El moreno asintió y cambiaron el tema de conversación enfocándose más en los planes que tendrían para la nueva temporada. Wonwoo comenzaría una maestría en alimentos y, su emoción era tan palpable que ver este nuevo rostro suyo le gustaba mucho más mientras que él debía ajustarse a su nuevo puesto para ganar mayor experiencia. Resultaba tan lindo las vueltas que daba la vida a su alrededor que cada sorpresa, fuese buena o mala, era tomada positivamente. También estaba la próxima visita de Minseo y le emocionaba que su hermana y novio estuvieran en el mismo espacio por un tiempo largo.
Entraron al sitio y pidieron individualmente. Una vez al mes habían acordado que tendrían una cita el fin de semana en cualquier lugar de la ciudad y sería un hecho inviolable. Hasta ahora habían cumplido fielmente. Disfrutaron de una buena BBQ con Mingyu cortando la carne y Wonwoo degustando como siempre y eligiendo la mejor bebida para compartir porque incluso en eso eran compatibles.
Un rato más tarde continuaron su paseo y terminaron en una galería de arte contemporáneo. Mingyu no conocía mucho de arte a diferencia de Wonwoo quién tuvo que aprender a identificar una estatua de una escultura y un retrato abstracto de uno pintoresco. Seulgi era una artista que no se encasillaba en una rama específica sino que daba un viaje por todas ellas así que, aprender de arte en la familia más que un deseo era una obligación según le había contado el menor. Admirar los cuadros era para muchos un hobby especial porque podían perderse por horas ampliando su imaginación o como ellos mismos hubieran cambiado que trazo para hacer la obra muchísimo mejor y Mingyu descubrió con discreta sorpresa que a él también le gustaba la pintura.
Sin embargo, hubo un cuadro en específico que llamo su atención sobre el resto de los expuestos. Era una imagen desenfocada como las de la cámara fotográfica que guardaba en algún lugar de su casa de una pareja joven mirandose frente a frente con las manos sujetas. No podía determinar que tipo de pareja era para su mala suerte pero, solo de mirarlo pudo recrearse junto a Wonwoo sosteniendo sus manos como la primera vez que se atrevió a hacerlo sin sentirse cohibido.
¿Era este el rostro del amor? Se preguntó extrañado pues la emoción extraña que le transmitía la había vivido en carne propia.
- Serendipia – dijo una voz tras él al ver su expresión – La pintura se llama Serendipia.
- ¿Qué es una serendipia? - le preguntó a la joven que a su lado se detuvo – Nunca había escuchado esa palabra.
- Una serendipia es un hallazgo o descubrimiento inesperado de algo que puede ser bueno o valioso de manera accidental. Generalmente se les llama así al momento en que las personas se encuentran con su otra mitad o se hallan a sí mismos después de un tiempo – explicó la joven con una sonrisa – A veces descubrirnos a nosotros es la mayor serendipia aunque siempre se asocie a una pareja o momento en el tiempo que deseamos conservar.
Le llegó como un golpe de realidad y observó a Wonwoo que admiraba una obra muy parecida a esa. Aquel pelinegro de sonrisa gatuna y mirada penetrante era su hallazgo más valioso, el hombre que logró sacarlo de su caparazón y motivarlo a buscar partes de si mismo que creyó desvanecidas en el tiempo durante mucho tiempo. Caminó hacia él y tomó su mano en un suave apretón con el corazón tranquilo porque en el camino de amar a Wonwoo había logrado encontrarse a si mismo y descubrir con pasión las piezas que encajaban en el puzzle de su vida.
Allí sosteniendo su mano y entendiendo finalmente muchas cosas, agradeció a todo lo que lo cuidaba y lo que existía en el mundo por ponerlos a ambos en el mismo lugar pues aunque él no buscaba nada en su vida, recibió dos regalos en un mismo envase.
Encontró el amor en Wonwoo y paso a paso, se encontró a si mismo.
The End
¡Y llegamos al final de Serendipia! Espero les haya gustado leerla como a mí me encantó escribirla. Originalmente esta saga sería de todos los miembros de Seventeen pero, me atasqué y no la pude continuar hasta ahora.
La tercera historia de esta saga viene en camino cocinandose en el horno, así que, si te gusta el romance y el friends to lovers esa historia será para ti.¡Nos leemos pronto niñes!
SukieB out
ESTÁS LEYENDO
Querencia II: Serendipia (Minwon) [Terminada]
RomanceUna serendipia es un hallazgo o descubrimiento de algo que no se buscaba. Fue cuando la nieve golpeó el cristal de su ventana que se dió cuenta de lo absurdo que era todo esto. Tenía apenas 26 años y no había cumplido ni un solo de aquellos propósi...