Capítulo 2: Compartir un chocolate con Kim Mingyu

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- ¿Y si lo invitas a salir en vez de asustarle cada que se encuentran? - preguntó su jefe de división, Seungcheol, en el descanso de almuerzo - El pobre chico debe estar preguntándose porqué tu repentina curiosidad.

Así estaba la cosa. A Mingyu le gustaba un poco - muchísimo- el barista de la sección rápida de la cafetería dónde desayunaba todos los días. Lamentablemente y para su mala suerte, justo el día que le preguntaría su nombre y tendría la reunión más importante de su vida, el dichoso joven embarró su camisa favorita de café mocca. No tenía idea si era una señal del destino para que simplemente cerrara el pico en vez de confesarse pero, no podía evitarlo. El muchacho tenía una apariencia frívola, como un vampiro acabado de nacer o un inmortal que hubiese perdido toda gana en la vida. Sin embargo, justo ahí estaba su imperante atractivo. El le había vito sonreír, como si la rosa se hubiera abierto en plena primavera.

- No puedo simplemente acercarme y decirle "Hola soy Mingyu. ¿Quieres tener una cita conmigo?" - suspiró el moreno por enésima vez - Sería raro y demasiado de mi parte.

- Hombre, no le hablas y solo le miras como si fuera una pieza de arte - Seungcheol rodó los ojos - Háblale o te bajaré el rendimiento de este mes.

- ¡Eso es chantaje!

Mingyu dejó caer la cabeza en la mesa y suspiró. Desde su llegada a la empresa y su descubrimiento de aquella cafetería, sus días tenían ago más de color. Se bajaba del autobús y tardaba en caminar los quince minutos matutinos que le faltaban para pedir su desayuno favorito. Luego estaba otros veinte minutos analizando el proyecto que debiera discutir y pedía otro café para llevar. De ahí todo el santo día de un lado a otro sintiéndose perdido hasta que la hora de comer llegaba y se pedía una hamburguesa doble con patatas y un chai latte nocturno. Caminaba a su parada de autobús y justo llegaba a casa a alimentar a Zyrion, su golden retriever y luego de una ducha caliente caía en la cama como un tronco.

Era su rutina de todos los días. Los fines de semana hacía una pequeña compra y preparaba sus tuppers de almuerzo para recalentarlos en la oficina. Una vida rutinaria y medio aburrida en la que comenzaba a sentir el burnout. No había un solo día en el que se preguntara si no encontraría una pequeña razón para sonreír genuinamente hasta que, por pura casualidad en una tarde dónde el estrés laboral era demasiado, encontró aquella cafetería. Tal parecía como si le hubieran indicado un camino que felizmente siguió. Se sentía como visitar un lugar familiar y hogareño sencillamente decorado pero, que logró después de tanto tiempo calmarlo. Su mesa habitual era la de la ventana y, aunque pareciera un poco loco, el ser capaz de observar el mundo exterior por detrás del cristal le dió una perspectiva diferente de lo que podría sucederle si continuaba dedicándole todo su tiempo a vivir detrás de la pantalla de su escritorio.

Suspiró mirando su reloj y apartó el recuerdo terminando su almuerzo. Tomó su pase de entrada y subió con un café hasta que fuera la hora de salida. Su trabajo solía ser muy desgastante y llevar mucha concentración, sin embargo, por precaución puso la alarma a las 7 p.m para caminar con calma hacia la parada del bus. Una media sonrisa se acentuó en su rostro normalmente rígido al recordar al joven de la cafetería cuyo nombre olvidó preguntar y su pequeña charla del día anterior. En su defensa, no quería parecer un acosador o algo así pero las palabras habían salido antes de que las pudiera pensar. Era adorable verlo sorprendido y confundido al notar con la naturalidad con la que le habló.

Y eso que Mingyu era el tímido de sus amigos.

Salió puntualmente a su hora. El cansancio del día comenzaba a pasarle factura y ya comenzaba a arrastrar los pies. Los copos de nieve caían a su alrededor por lo que ajustó su bufanda negra y limitó su paso para disfrutar de la fria belleza de los copos de nieve adornando de blanco el mundo.

- ¡Sr. Kim! - una voz medio grave detuvó sus pasos abruptamente - ¡Por aquí!

Mingyu se giró con la sorpresa invadiendo su rostro. El joven de la cafetería le saludaba con la mano invitándole a entrar. Asintió y cruzó la calle retrocediendo unos pasos aún confundido. Esa noche llevaba una camiseta de manga larga blanca bajo el delantal y un beanie color marrón. Su precioso rostro era adornado por gafas de pasta dura con las que nunca le había visto y su sonrisa, esa sonrisa que Mingyu adoraba ver cada mañana, era dirigida hacia él. Parecía un sueño del cual no quería despertar.

- Disculpe la inconveniencia, Sr. Kim - saludó el joven agarrándolo del brazo y entrando a la cafetería - Está nevando un poco fuerte afuera.

- Yo...eh... - sin palabras comprobó su reloj - ¿El bus?

- Pasará una hora más tarde debido a la nieve. Le llamé porque bueno, si neva más fuerte estará en el medio de la tormenta. - respondió el joven - ¿Desea un chocolate caliente?

- Claro

Decir que se sentía extraño sería un eufemismo. ¿Habría entrado a otra galaxia dimensional y no lo notaría? Negó con la cabeza y tomó asiento en su mesa habitual alejando su abrigo y bufanda. Poco tiempo después, el joven regresó con dos tazas de chocolate y una bandeja con dos croissants del mismo sabor y tomó asiento frente a él luego de servirle.

- ¿Qué tal ha ido su día? - preguntó sonriendo mientras bebía su chocolate - Oh, Seungkwan se ha esmerado.

- No me has dicho tu nombre - declaró Mingyu con curiosidad - Me fue bastante bien hoy en realidad y se pone mucho mejor por lo que veo.

- Soy Wonwoo - sonrió el joven, ahora Wonwoo - Lamento haberlo molestado pero bueno, después de todo, cogemos el mismo bus.

Mingyu asintió e inevitablemente se enmascaron en una conversación amena mientras disfrutaban de sus bebidas. Era una divinidad el conversar con Wonwoo quién era menor que él por un año y, tenía pasiones muy similares a la suya. Intentó no inmiscuirse demasiado en su vida, solo le había invitado un chocolate por la nieve pero, Mingyu deseaba ganar la amistad del castaño de ojos gatunos y sonrisa angelical.








Fotito de Wonu pa no perder la costumbre ☺️✨

Querencia II: Serendipia (Minwon) [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora