Cuando Cha Mina se cambia de escuela todo empieza. La pequeña chica de una estatura promedio lo cual ella no lo encontraba así, la chica que le llevaba la contraria a todo que encontraba incorrecto y la chica que le encantaba molestar al encantador...
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Debo admitir que mala vida no tenía... Empezando porque tenía padres presentes, buena estabilidad económica y... Me consentían en todo. Mis padrinos eran los que más caprichos me daban y por esa misma razón mi padre se molestaba.
— Debes ser más cuidadosa. —Pidió mi madre mirándome con seriedad. Nunca me habían castigado ni me habían quitado algo como castigo... A lo que llegaban era a las palabras severas—.
— Lo siento... —Pedí mientras veía la bandita que tenía en mi rodilla—. Mi vestido ya se rompió... —Dije viéndolo con tristeza ya que era mi favorito...—.
Papá llegó sacándose los guantes y viendo el vestido de manera seria y negar con la cabeza en explicación de que no tenía arreglo.
— Te compraremos otro. Ahora vamos a comer. —Nos dirigimos a la mesa para comer de lo que había hecho mi padre, nunca había visto a mi madre cocinar y era algo me encantaría ver—.
Nunca había conocido a mi abuelo materno ni a mis abuelos paternos, lo más cercano que tenía eran los padres de mis padrinos que realmente se comportaban como abuelos cariñosos conmigo.
Mi figura más cercana a un abuelo eran ellos.
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Pasaron los años, yo crecía para variar y ya era toda una persona grande o así me vería si fuese pequeña. Era una simple adolescente y ya.
No me maquillaba no porque no me dejaran, NO SABÍA HACERLO. Mi rostro tampoco era como que necesitara de maquillaje ya que saqué la hermosa piel de mi madre, con la ropa no tenía problemas porque mi estilo básicamente era el Oversize y mis padres lo entendían.
Un día que llegue de mi escuela Chongdam que queda en Gangnam-Gu mis padres estaban conversando algo que quizás no debía ser escuchado pero yo era metiche así que me puse detrás de un pilar ya que aún no se daban cuenta que había llegado.
