Law trabaja en un burdel, no le gusta su trabajo, es el simple omega de los recados, pero conoce a Luffy y su mundo da un giro de 180 grados.
Algo no cuadra en el libro de reportes contables, de nuevo. Law, furibundo, guarda todo y se levanta, no puede dejar que esa maldita mujer siga haciendo de las suyas. Deja todo como está y sale de la habitación, cruza el pasillo con largas zancadas e ignora la mirada de algunas de las personas que están en el salón y el jardín.
Al llegar, desliza la puerta corrediza y la abre hasta el tope.
—¡Tú! —La señala.
Baby se sobresalta y deja de peinarse, ni siquiera se levanta, solo lo mira a través del espejo del tocador.
—¡¿Qué pasa?!
—De nuevo falta dinero y eres tú. —La acusa, no tiene miedo de nada.
El trabajo en el barrio rojo, con las tontas de las Oiran, omegas y betas por igual, no le gusta, en lo absoluto, pero había entrado a la casa Donquixote por culpa de Corazón, quien necesitaba hallar un lugar seguro para que Law viviera, mientras se estabiliza económicamente trabajando en el ejército.
Law no puedes vivir solo.
Es muy peligroso para un omega masculino enfrentarse al mundo.
Tu tío Doflamingo te tratará bien.
Claro, lo tratan bien, como un esclavo, trabajando día y noche. Tiene que ser anfitrión, llevar el libro contable y asegurarse de que las mujeres hagan su trabajo, porque él no puede ser cortesana, no es lo suficientemente bonita como tantas veces le han dicho, ¡como si alguna vez quisiera ser una prostituta! Le molestan tanto allí.
—Si vas a acusarme tienes que tener pruebas está vez. —Baby vuelve a lo suyo, ella no tiene ninguna preocupación, además de verse bella y sumisa. Es la Oiran más popular de la casa Donquixote, con su cabellera negra larga y su piel pálida natural, una omega con un aroma frutal que atrae viajeros de todos los distritos, y que varias veces, ha intentado escapar con hombres que le prometen amor y estabilidad; Doflamingo no la ha mandado al diablo porque la crío desde que era niña.
—No necesito pruebas. Ni Monet ni Viola ni las otras cortesanas son tan estúpidas como para equivocarse con las cuentas.
Baby abre la boca, indignada, pero no puede decir más, ya que debido al escándalo han llamado la atención equivocada. La señora Giolla entra a la habitación. Esa mujer es detestable, finge que no tiene más de cuarenta con mil kilos de maquillaje.
—¿Qué está pasando aquí?
Baby y Law se miran, sabiendo lo que podría pasar si alguno de los dos se equivocaba. En especial él. No es el favorito, diablos, la mayoría de ellos quiere verlo en la calle, violado y desechado, es casi reconfortante no estar en el centro del pleito. Hay suplica en la Oiran principal, porque ella tampoco soporta los regaños, incluso si es la favorita, Giolla es muy cruel, con su charla de: hay que respetar a la familia y amarla.
—No es nada, le decía a Baby que tenga cuidado con su dinero, no vaya a ser que se le pierda de nuevo. —Law murmura eso último usando el tonito de: te salvas está vez, pero la próxima te mando al carajo.
—Sí, eso es. Soy muy despistada. —Baby le sonríe en agradecimiento y sabe que le debe un favor.
—Entonces no molestes que está noche será muy ocupada. —Giolla toma del brazo a Law con fuerza y lo saca de la habitación—, alguien como tú debería estar preparándose para la noche, los clientes no se atienden solos.
Law gruñe y reúne toda su dignidad para volver a su cuartito. Está harto. No sabe cuánto más podrá soportar sin Corazón allí. Al menos él le animaba los días con su cara tonta. Nunca lo dirá en voz alta, pero lo extraña.
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Instintos (LuLaw)
FanficHola, hola, ¿qué tal? Historias cortas que no están entrelazadas entre sí. Aunque no habrá contenido muy explícito, dejo la advertencia.