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¡Por qué tengo que hacerlo yo!
En la gran y vieja torre del castillo se encontraban tres de los ocho pecados capitales, dos de ellos estaban tranquilos mientras que una de los tres  no estaba tan contenta.

— No me digas que tienes miedo
Ban tenía las mejillas muy rojas a causa del alcohol causando que empiece a burlarse de Sakura quien tenía que ejecutar una misión junto con Meliodas.

¿Y sobre su amor? ¿Y que pasó después del beso?
Todo tenía que ser como antes, nadie debía de saber sobre su relación. Aún no, aún no era tiempo.

— Cállate Ban. Y bien Capitán que tiene que decir al respecto
Se cruzó de brazos esperando la pronta respuesta de su pareja.

— Son muchas misiones así que se me ocurrió hacerlos en dúo y pues el sorteo salió que yo iré contigo a esa región para solucionar el problema
A pesar de estar casi un año y medio en este grupo pudo entender, comprender y descifrar algunos comportamientos de sus compañeros cuando están contentos, tristes o incluso cuando mienten.

Tal vez su intuición aún faltaba desarrollarse pero Sakura la octava miembro de los pecados sabía cuando Meliodas el capitán del grupo mentía.

Sin decir nada a la vista de dos pares de ojos buscó en su mochila improvisada en dónde guarda sus venenos y antídotos. Al poco tiempo sacó una pequeña bolsa y la puso frente a Ban como si lo tentara.

— Te daré está bolsa de monedas si me dices que ocurrió
Sakura parecía hablar en el idioma que Ban entendía bastante bien, hablando de negocios.
— Trato, el Capitán sobornó a Merlín para que los elegidos sean a conveniencia suya

— Ban sin lugar a duda eres un amigo traidor
Le reprochó el capitán observando como su gran amigo agarraba la pequeña bolsa y contaba las monedas que ahora eran de propiedad suya para guardarlo en sus bolsillos.

— Tú irás con Merlín a Camelot y el resto a sus misiones. Que dices Sakura ¿Nos vamos?
La nombrada solo asintió y tomó de su pequeño equipaje para salir de la sala junto con Meliodas.

Cada dúo en su misión.

Los pecados capitales se despidieron y se fueron a las misiones asignadas por el capitán y la hechicera acordando en regresar lo más pronto posible a Liones.

Ya alejados a varios kilómetros del reino Meliodas decidió dar inicio a una conversación con su señorita acompañante.
— Últimamente en Liones llegaron muchas peticiones de ayuda por parte de varios regiones de Camelot y los carteles de recompensa han dado en aumento.
Comunicó el rubio

— ¿Y sabes la razón?

— La verdad es que no
Sakura casi se cae por la respuesta del líder.
— Y dime Meliodas ¿Cuál es la misión que tenemos?

— En las región del oeste nuestra misión es de disfrutar de dos días en ese lugar
Sus mejillas se tornaron rosadas por la sentencia que dió Meliodas.

Debía de ser una broma, ¿No es así?

— Espera, ¿No tenemos una misión en realidad?
Ambos se quedaron parados frente al otro en medio del camino

— La verdad es que no, vamos si seguimos este ritmo llegaremos al anochecer
Con delicadeza tomó de su mano como aquella noche y siguieron con su ruta.

Esto debía de ser una broma, su rostro parecía que iba a explotar por sentir sus mejillas sonrojadas y su oreja caliente.

¿Que dirían los demás si llegan a enterarse que Meliodas les engañó y fueron los únicos que no hicieron de ninguna misión?

Última Pecadora©✓ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora