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El día llegó y en las puertas de Liones se encontraban los ocho pecados capitales ya reunidos para dar declaración sobre sus misiones.

— Ya llegaron todos y a la hora punta, que cumplidos

La gigante agarró el cuerpo de Sakura para estrecharlo contra su mejilla en señal de afecto que fue aprobado por la mujer.

— ¡Sakura! Te extrañé mucho a pesar de que solo pasaron dos días

— Oye Sakura que eso rojo que tienes en tu cuello

— ¿Qué? ¿Ah? ¿Dónde?
Empezó a dar vueltas en círculos tratando de que el resto no mire su cuello y taparlo con su larga trenza como si su cabello fuera una bufanda.

Sin lugar a duda Meliodas se había pasado y no fue cuidadoso en lo absoluto.

— ¿Qué estaban haciendo estos dos días capitán~?
No era muy propio de Meliodas pero aún así el comentario de forma pícara por parte del zorro logró sacarle un sonrojo a la pareja.

El escorpión no tuvo de otra que darle un golpe un poco fuerte en el estómago del zorro logrando que este se encogiera del dolor
— Cállese

— Mejor vamos a reunirnos con el caballero sacro Záratras quien está en el viejo castillo

Sakura caminaba al lado de Meliodas con total naturalidad preguntando al resto que es lo que hicieron en sus encargos por el líder.

— Resumido, derrotar a unos bandidos, matar a una reina troll y eso.

— Bueno nada de eso importa solo quiero beber un poco

King y Meliodas abrieron las puertas y se encontraron con una escena atroz.

El caballero Záratras se encontraba muerto en dónde su cuerpo estaba incrustados con varios tipos de lanzas contra el gran muro. La sangre esparcida por cualquier lugar.

— Parece un alfiletero

— ¿Qué es ese ruido de afuera?
Todos miraron por una de las ventanas del pasillo hacia afuera, la vieja torre estaba siendo rodeada

— Nos están rodeando todos los caballeros del reino

— Es una emboscada

— Están tratando de destruirnos

— Ya veremos qué hacer separarse es lo mejor, nos encontraremos después
Captando la orden de su capitán empezaron a buscar salidas subterráneas para escapar.

La mujer de trenzas rosadas agarro de la muñeca a su amante.
— Meliodas vámonos, hay que irnos de aquí
El rubio no sabía que decir, no sabía que responder y no sabía cómo poder mirarla después.

Observó aquel limpio listón que traía puesto su amada que solo se soltó del agarre. Alzó la mano de la mujer y la acercó a sus labios para darle un beso en el dorso de su mano.

— Merlín teletransporta a todo el equipo en puntos diferentes.
La hechicera cerró sus ojos y trató de localizar a sus camaradas como a su vez varios lugares alejados del reino.

Te amo Sakura, y perdóname si llego a lastimarte en algún momento.

— Meliodas... ¿Por qué dices eso?
Y así la de ojos esmeralda desapareció por completo del lugar.

[•••]

¿Cuánto tiempo había pasado desde ese entonces?
Sakura no lo sabía, ella era consciente de que era muy mala en cuanto a ubicarse en el tiempo.

Última Pecadora©✓ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora