BATJOKES ♧♡》 One-shots

〔 RENDENCIÓN 1/2 〕

Él había herido y matado a gente que le importaba de verdad, la mayoría de las heridas exteriores e interiores eran por su culpa pero aún así lo que le dolía no era eso. Sus manos no eran las mismas, estaba tan triste e irritado que quería destrozar y pelear. Ya no soportaba las pesadillas que evoluvionaban demasiado rápido y pronto solo verá alucinaciones, sombras, y escuchará su risa como un disco rayado... Oh... Su risa otra vez... Si la volvía a escuchar, esa imágen, en ese despacho... No podría aguantar más.

Hace dos semanas de la actualidad, Bruce Wayne como Batman había recibido una llamada anónima diciendo que Joker estaba llenando una fábrica abandonada de bombas. Tuvo que haberlo sabido desde el principio pero estaba tan ciego en parar a Joker que no se había dado cuenta de lo más obvio, que nadie explotaría una fábrica abandonada. Tal vez el payaso sea una excepción, teniendo en cuenta la locura de Joker, él no entraría en el grupo de palabras: "nadie explotaría..." sin embargo era su instinto y un mal presentimiento el que le decía que Joker no la explotaría.
Más tarde, al acercarse a unas escaleras escuchó la risa del príncipe payaso a lo lejos, en un segundo piso, y a pesar de la mala pinta que tenía su situación, de las probabilidades de una trampa, subió.

De una patada entró a un despacho, ignoró totalmente si estaba ahí la trampa cuando vio lo que vio. La risa del Joker estaba por todas partes, en cada una de las muchas grabadoras pegadas en la pared con cinta americana.

- Este no es su estilo. - Pensó Batman mientras se acercaba al baño del despacho.

Y al abrir la puerta había visto algo que ni sus paranoias en el futuro sabrían cómo asimilarlo.

Joker estaba tirado en el suelo y magullado, no llevaba su traje, ni siquiera alguna prenda para taparse, solo unas cadenas pegadas a la pared con grilletes en muñecas y tobillos, lo extraño era que tenía como un cinturón de metal grande en el estómago. ¿Quién fue? Se preguntó mentalmente, las palabras no querían salir de su boca y compenzó agitandolo para intentar despertarlo, como no funcionó probó pegándole un puñetazo.

- ¡Joker responde! - Gritó histérico. Gracias al movimiento del golpe dado el cinturón se abrió mostrando pinchos que habían perforado estómago y espalda del payaso. - Joker... - Murmuró estupefacto. - ¡Joker! - Fue lo último que echó de su boca con furia, ese grito destrozó el corazón de Alfred quien le había escuchado desde el pinganillo.
Con sus propias manos intentó tapar los agujeros que el mismo cinturón retenía la hemorragia, ahora que el cinturón de metal se había abierto detener la sangre era imposible. Se miró los guantes manchados de sangre, se quedó patidifuso en su sitio y fue la voz de Alfred, tras tres intentos, el que le despertó de su trance.

- ¿Qué ha pasado amo Bruce? - Preguntó el mayordomo alarmado.

- Es Joker...

- ¿A matado a alguien a quien conocías?

- No creo que... Se haya matado a sí mismo. - Apagó el pinganillo y siguió observando el rostro petrificado en una sonrisa. - Joker...

- ¡Joker! - Se sentó sudado y miró su habitación. Las alucinaciones y las pesadillas habían empezado dos días después de su muerte y cada vez iban empeorando, ahora mismo, veía al payaso a los pies de la cama con esa sonrisa pero sin la parte superior de su traje, mostrando así los agujeros que dejaron los pinchos. Las alucinaciones parecían tan reales que si no fueran por su corta duración (un parpadeo) creería que lo eran.

- ¿Amo Bruce? - Alfred entró sujetando una bandeja con solo una taza de café.

- ¿Has tocado la puerta? - Esperó a que el mayordomo se acercara para agarrar la taza y tomar un sorbo.