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🌆 . . . CHAPTER ┆ ˓˓ the wolf returns to his home where his excited bunny was waiting for him wagging her little tail. ˓˓ 💟 ━━━━━
Ver a la pequeña Alicent, frotando sus rasgados ojos verdosos era tierno, pues, aunque se uniera en su banda seguía siendo una niña pequeña, una princesa de casa.
──────¿Dónde estamos?──────su inocente pregunta hizo carcajear a algunos del grupo.
Aun adormecida, no entendía porque Ck la levanto de su sueño y haciéndola montar su nueva Sánchez la guio con su Itali quien sabe dónde, para reunirse con el resto de los pandilleros de rosa, sabía que había una salida del sol dejándola ciega y muchos autos, también personas, que entraban y salían con mátelas o bolsos de viaje.
──────¿Aun no lo reconoces, Alie?──────, bromeo Pk, apoyado en su auto con Cataleya a su lado, ambos desvelados acostumbrados al igual que todos a la vida nocturna.
La asiática negó de lado a lado agitando suavemente con su cabeza, daba parpadeos largos, apoyada en Enzo que hacia de una especie de almohada para ella, al rato tal vez una media hora o mas el sueño la fue abandonando, reconoció que estaban en el aeropuerto, pero aún no reconocía por qué así que aburrida y sin entender nada de la conversación, miro a las puertas del aeropuerto, una vieja teñida, un niño con el rostro embarrado en chocolate y un hombre, uno muy lindo.
No tan alto como el estatus promedio de un hombre estadounidense con la piel color chocolate, algunas cicatrices y tatuajes, el cabello en rastas azuladas con ojos marrones, como castañas y como la mayoría de la población, pero eran sus ojos marrones.
Eran los ojos de Ray.
──────¡Papi! ──────.
Su grito eufórico fue tan inesperado que asusto a los miembros de rosado, he incluso atinaron a por poner sus manos en la cintura donde todos escondían sus pistolas vintage, pensando que la mente inocente de Alicent seguiría fielmente al Capitán Miller, pero no, la pequeña asiática salió corriendo hacia las puertas del aeropuerto.
Donde nadie espero ver a un adormecido Rayder votar su propia mochila de viaje para así atrapar a la coreana en sus fuertes brazos, rodeando a la menor en un abrazo que fue gratamente correspondido, mientras la Joya del Norte enrollaba sus pequeñas y delgadas piernas en su cintura al igual que sus brazos en el cuello del criminal mientras dejaba muchos besos repetidos casi eufóricos en el rostro, en las mejillas de Johnson. Las risas fundidas entre americano y coreana atraían la atención, al igual que con una sonrisa entre enternecidas y burlonas, el resto de Pink Panthers se acerco a la parejita, apreciando que Rayder estaba colorado como una frambuesa al igual que con una sonrisa nueva, relajada y feliz, mientras se dejaba llenar de besos y chillidos adorables de la menor en sus brazos.
