Fue una noche difícil para Quinn en la que le fue complicado conciliar el sueño, no podía dejar de pensar en aquel beso que compartió con la morocha y es que a pesar de que había besado a muchas personas ninguno de sus anteriores beso se comparaba a ese, ningunos labios eran comparados con los de la morocha. No dejaba de pensar en ella y aunque la chica ya tenia días dominando sus pensamientos esa noche no podía dejar de pensar en ella.
Ambas chicas asistieron al otro día al instituto y a sus respectivas clases, cuando se cruzaban en el camino de la otra solo se dedicaban mirabas llenas de complicidad y una que otra sonrisa que para suerte de ellas nadie más noto. así transcurrió su mañana y tras terminar clases ambas se dirigieron a sus casas para prepararse para su próximo encuentro en casa de Quinn.
Rachel mantenía una de sus ya típicas discusiones con su novio por el móvil mientras caminaba hacia casa de Quinn, luego de algunos minutos colgó a Finn enojada por la situación con el. Al llegar a casa de Quinn todo su enojo quedo a un lado y toco la puerta esperando con algo de ansiedad y nerviosismo, a los pocos minutos la rubia abrió la puerta con una amplia sonrisa, lucia un lindo vestido color crema y su cabello suelto.
R: Hola, Quinnie
Q: Hola, Rach.
R: ¿Como estas?
Q: Muy bien. ¿y tu? puedes pasar
R: Me alegro. yo de maravilla, gracias.
La morocha entro en la casa con una suave sonrisa en su labios mientras buscaba con la mirada a la madre de la rubia.
Q: Mi mamá no se encuentra en casa, podemos ensayar tranquilamente. vamos al patio
R: Oh, ya. Claro, vamos
Ambas caminaron en dirección al patio y tomaron asiento, comenzaron con el ensayo mientras se observaban la una a la otra y disfrutaban de sus voces.
R: Estas muy bonita hoy.
Q: Gracias, tu también lo estas.
R: Gracias, Quinnie.
Q: Me gusta cuando me llamas así. Eres la única persona que me agrada que me llame de esa manera.
R: ¿De veras?
Q: Si, Santana intento llamarme así pero solo se gano un golpe de mi parte.
R: Me alegro de ser la única que pueda llamarte así.
Q: Si... iré por un poco de agua ¿Quieres?
R: Claro, yo te acompaño
Ambas chicas se dirigieron a la cocina y entre una charla en la que decían mucho y nada a la vez fueron en busca de agua, Quinn sirvió dos vasos con esta mientras hablaba, tomo los vasos de agua y se giro hacia Rachel para entregarle el vaso con agua pero por algún tonto motivo que no se explicaba se tropezó y el agua fue a parar encima de Rachel llenando toda su camisa de esta.
Q: ¡Oh dios mio! Rachel lo siento, no fue mi intensión.
R: No te preocupes, fue un accidente, estaré bien, solo es agua ya se secara
Q: No, podrías resfriarte, vamos a mi habitación te prestare alguna camisa.
R: Vale, pero no te preocupes, esta todo bien, Quinnie.
Las chicas subieron a la habitación de Quinn, esta comenzó a buscar en su armario una camisa y se la dio a Rachel para que se quitara la que estaba mojada, Quinn iba a salir de la habitación para darle privacidad pero la morocha sin pena se quito la camisa quedando solo con el Brassier, Quinn la miro con los ojos muy abiertos, trago grueso mientras observaba a Rachel, tenia un magnifico abdomen que dejo embobada a Quinn, no podía dejar de mirarla.
