Odioso el ojo que le ha obligado a ser, a obedecer. Observado por todo, por todos. Y sin embargo, tan invisible como una hoja de papel húmeda sobre la carretera en un huracán. Todo y sin embargo, nada.
Stuart odiaba ser él, odiaba ser su propia vida, ser su propio ser. O más bien, odiaba la idea de lo que era y de lo que no podría ser.
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OC's de mí para vos
CasualeIdeas de personajes propios, historias absurdas y referencias.