One Shots | Arcane

Jinx

Tu haces que las voces se vayan

Ella se paró frente a ti, de espaldas a ti, con los brazos alrededor de ella y los hombros relajados. Todos la estaban buscando después de lo que había hecho pero no viniste a denunciarla ni a gritarle, querías saber si estaba bien.

Por supuesto, dudabas, pero algo dentro de ti te dijo que no había necesidad de temer. Entonces, de espaldas a ti, con sus ojos en la luna, caminas hasta que estuviste a unos centímetros de ella y esperaste por cualquier cosa hasta que te cansaste de contenerte y envolviste tus brazos alrededor de la chica más baja, la jalaste hacía atrás hasta que estuvo presionada contra ti.

Con tu barbilla en su cabeza, aceite y óxido llenando tus fosas nasales, sentiste su cuerpo temblar y escuchaste pequeños susurros salir de su boca, y luego, de repente, ella gira y se entierra en ti lo más profundo que puede.

"Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento" siguió sollozando, tu camisa comenzó a empaparse con sus lágrimas y mocos, sin embargo, no te importaba y simplemente la abrazaste más fuerte contra ti. Las lágrimas aparecieron en el rabillo de tus ojos mientras la abrazabas y tu corazón no dejaba de picar mientras ella temblaba incontrolablemente, pero eso lentamente comenzó a detenerse cuando decidiste inclinarte hacía adelante y besar su cabello azul áspero.

"No llores, no te disculpes, estás sana y salva, mi pequeño mono grasoso".

Pasó una hora y estabas sentado al borde de los muelles con ella profundamente dormida en tus brazos y honestamente no querrías nada más en el mundo que este preciso momento. La chica imprudente finalmente había bajado la guardia y todo lo que viste fue cuánto confiaba en ti para hacerte ver toda su vulnerabilidad. Podrías hacer lo que cualquiera siempre quiso hacer: matarla o encerrarla para siempre, pero nunca la cambiarías por nada del mundo.

Moviéndote ligeramente, tus ojos se mueven hacía abajo y observas cómo ella parpadea un par de veces, sus ojos se mueven de derecha a izquierda frenéticamente hasta que esos ojos se encuentran con los tuyos.

"Me preguntaba cuándo te despertarías." Le das una pequeña sonrisa, sus mejillas se sonrojan por la vergüenza y ella va a sentarse, pero rápidamente la rodeas con tus brazos y le besas un lado de la cara. "No te vayas, finalmente te recuperé".
sus cejas se fruncieron, su boca se torció y luego sacudió la cabeza, "¡cállate, cállate, cállate! ¡No sabes de lo que estás hablando!" Observas cómo ella lucha consigo misma para volver a ti, pero cuando la obligas a mirarte, esos ojos rosados ​​y brillantes se calman y se llenan de algo que no reconoces.

"Lo que sea que te digan, recuerda, tú tienes el control y eres mucho más que maña suerte". Eso la hace estremecerse pero no la hace enojarse, y te sorprende porque sabes lo sensible que era con ese nombre cuando Mylo la llamaba así. "No eres mala suerte, siempre pensé en ti como mi amuleto de la suerte y eso es todo lo que serás". Su boca se abre y luego se cierra, su rostro cambia tan rápido que apenas puedes entender lo que está pasando hasta que te agarra la cara y te acerca hasta que tus frentes se tocan.

Ella te está respirando, lo sabes porque tiene los ojos cerrados y los dedos en tu cabello, rascándote suavemente el cuero cabelludo y luego, con los ojos abiertos. "Si supieras las cosas que he hecho, qué clase de monstruo soy y para quién he trabajado, nunca me perdonarías". No dices nada más que esperas porque sabes que ella tiene más. "No tengo suerte, no estoy sana y salva, y nunca seré simplemente afortunado. Siempre seré-" Entonces la besas.

Imagínate flotando en el agua y el cielo lleno de miles de millones de estrellas, brillantes y cantando. Es tranquilo y no hay ninguna preocupación pasando por tu mente. Puede que te dé un poco de miedo al principio porque probablemente te ahogarás si no mantienes el equilibrio, pero tomas ese riesgo, lo tomas y fluyes con él; besarla es así, aterrador pero jodidamente pacífico.

Ella susurra contra tu boca, retrocediendo rápidamente y sacudiendo la cabeza, "espera, no puedes, no merezco-" pero no la dejas terminar y la atraes hacía adentro. Tus labios se mueven uno contra el otro suave y apasionadamente, es casi tan hermoso como las luces de fuego que todos solían ver cuando eran niños. La forma en que brillaban y cómo iluminaban el mundo oscuro que te rodeaba... joder, eso es lo que ella te hace y esperas que estés haciendo lo mismo.

Sin embargo, obtienes tu respuesta cuando ella se retira y entierra su rostro en tu cuello, como si estuviera tratando de mantenerte lo más cerca posible, acogerte y llenar su frío corazón, calentándola y llenándola de amor. Nadie se lo ofrecería jamás, pero no le estás ofreciendo nada, sino más bien dándole porque sabes que eso es todo lo que ella siempre ha querido.

"Te amo." Le dices, obligándola a mirarte de nuevo, tus ojos nunca dejan los de ella muy abiertos. "Nunca olvides eso, tú importas y siempre estarás aparte de mí, ya sea que hayas cambiado o hayas hecho cosas que te hagan pensar que alguna vez podrían hacerme huir de ti". Le das un beso en los labios, en ambas mejillas, en la nariz y luego en ambos párpados. "De cualquier manera, estoy enamorado de ti".

Ella te mira con asombro y eso casi te hace rehuir, pero cuando sus dedos tocan suavemente tu mejilla izquierda, como si no pudiera creer que fueras real frente a ella, sintiendo sus ásperos dedos deslizándose por tu piel, te inclinas hacia ella y tomas su mano, besando el interior de su palma. "Supongo que algunas cosas no cambian, ¿eh?" Ella intenta bromear, pero todo lo que puedes hacer es tararear en su mano y besarla nuevamente, haciéndola sonrojar.

"Nunca tuve sentimientos por ti".

"Te odio."

"No, no lo haces."

"Sí."

Te inclinas hacia delante y apoyas la frente en su hombro, giras la cabeza entonces tus labios están cerca de su oreja y dices: "No, no lo haces, me quieres".

Dices de tal manera que la hace recuperar el aliento y lo siguiente que sabes es ella te está besando de nuevo.

Ella siempre se sentirá segura contigo.