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If looks could kill
"Deja de inquietarte cariño, has estado en mi casa muchas veces". Caitlyn te sonrió, tratando de calmarte con muy poco éxito del que hablar. Su mano sostuvo la tuya, frotando el pulgar sobre el dorso de tu mano para obtener apoyo adicional.
"A través de tu ventana. De la cual, por cierto, me caí la última vez porque tu mamá decidió entrar de la nada. ¿Tienes idea de lo difícil que es correr con los pantalones hasta la mitad de las piernas?" Gracias a los dioses que no hubo disparos, solo miradas muy extrañas de la gente al ver tu apariencia desaliñada. "Si entro allí, tu madre me matará". Que te disparara la mamá de tu novia no era como querías salir, ni mucho menos.
Caitlyn reprimió una risa, abrió la puerta y te llevó adentro. "Estarás bien. No da tanto miedo como parece".
Dudoso.
Caminaste por la casa o mansión, registrando todas tus posibles opciones de salida en caso de que llegara el momento.
Los padres de Caitlyn esperaron, sentados uno al lado del otro en el gran sofá, tomados de la mano, y sus cabezas se volvieron hacia ustedes dos cuando entraron. Su padre, Tobias, asintió amistosamente, pero su madre levantó una ceja sospechosa a tu dirección.
"Respira profundo, amor", te susurró Caitlyn al oído, su acción no tuvo el efecto calmante que quería. Después de que te calmaste, seguiste su ejemplo hasta el sofá y tomaste asiento, Caitlyn se sentó a tu lado, "Mamá, papá, ella es mi novia"
"Ya lo supuse." Los ojos de Cassandra se entrecerraron, mirándote de arriba abajo, evaluándote, haciéndote desear estar en otro lugar ahora mismo. "Causaste una gran impresión, jovencita." Oh, joder.
"Encantado de conocerte, Caitlyn nos contó un poco sobre ti, es genial conocer finalmente a la mujer que logró llamar su atención". Tobias te extendió su mano, era más suave de lo que pensabas, su sonrisa era tan cálida como la de Caitlyn. Así que obtuvo su lado amable de su padre y su lado más agudo de su madre, misterio resuelto.
"Gracias. Es un placer conocerlos también, señor, señora". Esto iba bien hasta ahora, de hecho, mejor de lo que esperabas. Al menos lo fue hasta que viste la mirada que te estaba dando Cassandra, con los labios apretados en una fina línea y una postura completamente recta, un aire de autoridad a su alrededor que no podías ignorar. "He estado viendo a su hija desde hace unos meses y realmente me preocupo por ella. Es una mujer maravillosa que en sólo estos pocos meses logró hacer mi vida mucho mejor."
"Siento lo mismo cariño". Envalentonado por los labios de Caitlyn presionando contra tu mejilla, le apretaste la mano y te encontraste con los ojos de Cassandra.
"Lo siento si le dejé una mala primera impresión, pero realmente me preocupo por ella, no es sólo alguien con quien... tontear". Y la vergüenza volvió así, esta vez para ambos, pero Cassandra escuchó con paciencia.
Después de esperar unos segundos, miró tus manos unidas, luego las de ella y Tobias, "Como dijo mi esposo, Caitlyn ya nos ha contado mucho sobre ti. Aunque te encontré corriendo... en un estado desnudez bastante exagerado. Por favor, no vuelvas a hacerlo nunca más, fue vergonzoso verlo". Sí, ¿y cómo cree que te sentiste? "Sé que puedo ser estricto, pero esta familia, Caitlyn, es todo mi mundo. No hay límite al que Tobías y yo no llegaríamos por ella."
"Quiero hacerla feliz, por favor". Apretaste la mano de Caitlyn, sólo un poco pero lo suficiente para que el movimiento fuera visible.
"Ya lo haces." Caitlyn te recompensó con otro beso más en la mejilla, sin ninguna vergüenza de hacerlo delante de sus padres.
Cassandra tarareó, sorprendida cuando Tobías hizo lo mismo con ella: "Cariño, por favor". La mujer mayor no pudo evitar sonreírle a su esposo, quien tenía la sonrisa más grande en su rostro, "Me alegra que hayas venido a hablar conmigo, estoy segura de que eso también requirió agallas de tu parte. Mientras estés manteniendo feliz a Caitlyn. No puedo oponerme a tu relación. Tienes nuestra bendición". Siguió un cómodo momento de silencio mientras mirabas a Caitlyn, resistiendo apenas el impulso de agarrarla y besarla.
"Entonces, ¿cuándo van a tener algún hijo?" La pregunta te provocó un latigazo tan fuerte que casi pierdes la cabeza cuando miraste al padre de Caitlyn.
"¡Papá!" Caitlyn gimió y se sonrojó de un color rojo intenso. Una vez más, esto fue mucho mejor de lo que imaginabas.
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