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Undercity Love
Habías estado saliendo con Sevika durante algunos meses y a pesar de los peligros de vivir en el distrito suburbano, eras feliz. Amabas la forma en que te miraba con esos intensos ojos azules, la forma en que sus fuertes brazos te rodeaban y la forma en que te hacía sentir seguro incluso en los lugares más peligrosos.
Pero hoy cometiste un error. Habías salido solo a recoger algunas provisiones, sin decírselo a Sevika. Pensaste que estaría bien, solo un viaje rápido al mercado y de regreso, pero las cosas habían salido mal. Un grupo de pandilleros se había enfrentado a ti y tuviste que luchar contra ellos para escapar. Estabas magullado y golpeado, pero lograste regresar a tu apartamento.
Tan pronto como entraste, Sevika estaba allí, esperándote. Su expresión era una mezcla de ira y preocupación, y sabías que estabas en problemas. "¿Dónde demonios has estado?" exigió, agarrando tu brazo y acercándote.
Intentaste explicárselo, pero ella no aceptó nada. "Sabes lo peligroso que es ahí afuera", dijo, alzando la voz. "Te podrían haber matado. ¿No entiendes que necesito saber dónde estás para mantenerte a salvo?"
Podías ver el miedo en sus ojos, el miedo de perderte. Te sentiste culpable por hacerla preocuparse y avergonzado por haberte puesto en peligro. "Lo siento", dijiste, con lágrimas brotando de tus ojos. "No quise preocuparte. No lo volveré a hacer".
La expresión de Sevika se suavizó y te abrazó con fuerza. "No puedo perderte", susurró. "Te amo demasiado." Sus labios encontraron los tuyos y los dos se besaron profundamente, olvidando la ira y el miedo en el calor del momento.
Más tarde esa noche, mientras yacían juntos en la cama, Sevika los abrazó. "Prométeme que nunca volverás a hacer algo así", dijo con voz suave y gentil.
"Lo prometo", dijiste, acurrucándote más cerca de ella. "No quiero que vuelvas a preocuparte así nunca más."
A partir de ese momento, te aseguraste de decirle a Sevika a dónde ibas y de no salir nunca solo. Sabías que ella tenía razón, que la ciudad subterránea era un lugar peligroso y había que tener cuidado. Pero también sabías que tenías a Sevika a tu lado y que juntos podíais afrontar cualquier cosa.
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