"En una vida pasada yo tenía una mala vida"
Lo único que Kazuo hizo fue prometer ser el mejor luchador del mundo, y ahora estaba atrapado junto a su mejor amigo en una tripulación con un molestoso capitán con hermosa sonrisa.
"Me estaba hundiendo c...
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"Aldea Syrup"
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Kazuo estaba mirando el agua del mar, el viento que movía su cabello era bastante relajante. El mar era algo que siempre le gusto, desde que era pequeño, no sabía que era lo que le atraía, pero mirar el mar era algo que podía hacer durante horas. Las aguas azulinas moviéndose en pequeñas olas, el viento que movía la vela del barco, el sonido del mar y el olor a aguas marinas, jamás se cansaría de todo eso, simplemente le encantaba.
Su atención se dirigió al chico que lo llamaba a su lado, traía consigo esa misma sonrisa que siempre tenía. Kaz movió la cabeza hacia arriba para saludarlo y él se paró frente suyo, la sonrisa en su rostro fue desapareciendo mientras más lo miraba, cosa que lo confundió.
—¿Pasa algo? —preguntó, el chico no dejaba de mirarlo y eso empezaba a ponerlo incómodo. Luffy alzó la mirada para mirarlo a los ojos.
—Deberías lavarte la cara, aún tienes un poco de sangre —dijo pasando su dedo pulgar en la mejilla derecha de Kazuo, quien abrió los ojos al haberse olvidado de ese detalle en particular.
Kaz se inclinó para agarrar el agua del mar con sus dos manos, la llevó a su cara y frotó lo más que pudo para retirar la sangre de ahí. Miró a Luffy una vez terminó, iba a preguntarle si ya no había nada más porque no tenía un espejo para hacerlo el mismo. Lo que no esperó fue que el chico se le adelantará.
—Aún tienes un poco —dijo, su pulgar volvió a tocar su mejilla, pero esta vez, el resto de su mano se posaba en su cuello. Kazuo podía sentir sus orejas volverse rojas mientras veía el pequeño ceño fruncido del chico delante de él. Luffy estaba demasiado cerca para su gusto y estaba empezando a ponerse nervioso por eso.
—Sí, bueno, la sangre seca es difícil de sacar —mencionó para retirar suavemente la mano del chico y volver a mojarse la cara, esta vez, intentando enfriar sus orejas en vez de lavarse el rostro, aunque también hacia eso —¿Ya está?
Kazuo se arrepintió de su pregunta tan pronto como el rostro de Luffy se acercó más al suyo con los ojos entrecerrados, él no pudo evitar el enrojecimiento nuevamente, este chico estaba empezando a volverlo loco con tanta cercanía.