-¿Por qué allanaron mi casa?
-¿Por qué estabas robando?-cuestina Glenda.
-Por que necesitaba dinero, y antes de que lo mencionen, si, tengo un trabajo. Ahora respondan mi pregunta.
-No habíamos sabido de ti en un tiempo.
-Nos preocupamos. -acompleto Glen.
En la cara de Glen y Glenda se notaba la preocupación que sentian hacia mí, se supone que la adulta aqui soy yo, no puedo creer lo responsables que son conociendo a sus padres.
-Veamos una película.
Se quedaron mirandome unos segundos, como si no pudieran creer lo que estaba diciendo.
Estiro mi cuerpo un poco para alcanzar el control remoto y me vuelvo a acomodar subiendo los pies en la mesita del centro y encendiendo la televisión.
Los gemelos se tardan en reaccionar, aún creyendo que lo que dije es un disparate. Les toma unos dos minutos asimilarlo. Tengo a Glen a mi derecha y a Glenda a mi izquierda, se recargan en mi y fijan sus vista en el televisor, supongo que aún no entienden nada y mi comportamiento se les hace particular y algo evasivo, con cualquier otras personas suele ser el caso, pero esta vez no, por primera vez en mucho sé perfectamente lo que hago. Solo quiero pasar un momento reconfortante y creo que a Glenda y a Glen les vendría bien aunque sea unas horas de descanso, y lo confirman unos tenues ronquidos a mis costados.
Sigo con el control en la mano asi que apago la televisión.
Con muchisímo cuidado me levanto para no despertarles y dirigirme a mi habitación.
Salgo en una media hora y vuelvo a la sala.
-¿Termino la película? -balbucea Glen.
-Creo que si.
Les llevo de la mano hasta mi habitación, Glenda aún mantiene los ojos cerrados asi que podria golpearse con algo y Glen apenas puede mantener los ojos entrecerrados mientras abraza un cojín del sofá. Son extremadamente adorables.
Al abrir la puerta de mi habitación Glen se detiene y frota uno de sus ojos para ver el panorama.
-¿Limpiaste?
-Nah, solo lo aventé al clóset, limpiaré en la semana.
Arropo y beso la frente de cada uno.
Estoy por salir, pero un fuerte agarre de mi blusa me lo impide. -Quedate, por favor. -susurra Glenda.
No tengo otra opción más que quedarme, suerte que mi cama es grande y cabemos perfectamente o estoy segura que Glen amanecería en el suelo.
Vuelvo a ser el centro y les abrazo. Dentro de una hora mis brazos comenzaran a dormirse, pero esto lo vale.
Me desperte con Glenda y Glen a mis costados, con sumo cuidado me siento y me intento safar. Luego de varios muchos minutos logro levantarme por completo. Les doy un beso en la frente y les arropo bien, mirando el reloj que hay en la mesita de noche aún es temprano y después de perseguirme por la ciudad deben seguir cansados, merecen dormir hasta tarde.
Me dirijo a la cocina y comienzo a sacar cosas. Quién diría que hay de todo. Los ingredientes que necesito están y la alacena esta bien surtida, ahora que estoy en casa logro percatarme de que Muñequita hace un gran trabajo con las compras y la limpieza.
-¿Qué haces?
Estaba perdida en mis pensamientos que no noté cuando llego Muñequita a mi lado.
-Galletas.