Temo por mi vida. La linterna del celular es mi única fuente de luz, creo que debi traer una pala o algo así. Hackensack cambió mucho luego de los asesinatos. Al menos la parte en dónde me encuentro esta abandonada. Es dificil saber en dónde estoy exactamente, no recuerdo el lugar. Las ramitas y hojas secas crujen bajo mis pasos, las plantas han crecido descontroladamente. Heme aquí una vez más Sherwood Lane. Quisiera tener algo de referencia que me diga en que lugar comenzar a cavar, pero estaba muy sedada como para ser consciente de mis acciones, además que en ese momento no creí regresar. A quién quiero engañar, ni prestando atención, ni con un mapa o teniendo señal en mi celular podría llegar a lo que busco.
Me detengo y coloco mi celular contra mi tapando la linterna al escuchar otros pasos aparte de los mios.
—Mierda. —susurro para mi.
Se suponia que esta parte estaba deshabitada, lo que me falta es que alguien me pregunte que es lo que estoy haciendo a mitad de la noche, ya hice un viaje demasiado largo como para tener que repetirlo. Tengo una oportunidad y tiene que salir bien.
Aquellos pasos se acercan más a mi, apresuro mi andar intentando escapar y poder ocultarme, eso no es posible, me tropiezo y caigo al montón de hojas secas.
Suelto un agudo grito al ver como aquella sombra ya esta aquí.
—¿Estas bien? Te estuve gritando desde hace una cuadra.
Abro mis ojos y parpadeo varias veces comprobando que mi vista no me engaña, eso y me cayó tierra en los ojos cuando caí.
Me estiro alcanzando mi celular que salió volando.
—¡Casi me matas del susto!
Me siento y arrojo mi celular al muñeco.
—No era mi intención.
—¿Qué haces aquí?
—Te seguí.
—Eso es obvio, me refiero a por que.
—Tu dijiste que. Haz estado muy sospechosa últimamente desde que volviste de California. ¿Qué haces devuelta en Nueva Jersey? Te fuiste después de reparar a ese fastidioso y solo me dijiste que lo vigilara.
—¡¿Dejaste solo a Chucky?!
—Sabes lo que pasó la última vez. —refiriendose al accidente con la podadora, que aún no me explico —¿Qué haces aqui?
—Nada.
—Dime. ¿A quién se lo diría?
—Vine por el amuleto de Damballa.
—¿Para qué? Creí que habías terminado con eso. Puedes transferir almas sin esa cosa.
—No es eso. El amuleto lo necesito para un conjuro nuevo, y en el camino pensé, hey primero hacer el intento con Daniels. Quiero saber que alcance puede llegar a tener.
—¿La usarás como conejillo de indias?
—Los científicos hacen todo el tiempo lo mismo.
—¡No puedes hacerlo!
—Decian lo mismo de transferir mi alma. Escucha, dejé el amuleto de Damballa con Muñequita y lo necesito.
El muñeco se queda pensando mientras yo vuelvo a meter las velas en el bolso que traía.
—¿Te sabes el conjuro? ¿Qué pasa si algo sale mal?
—Leí los terminos y condiciones del conjuro, estaremos bien.
Me levanto y comenzamos a caminar.
—Eso no me dice nada, al menos ¿sabes a dónde vamos?
—No, pero no estamos perdidos. No por completo.