Ha pasado otro día, estamos en un estado diferente en un hotel diferente, el atardecer es hermoso, cubriendo de naranja las tejas de las casas y las copas de los árboles más altos. No estoy segura de donde esta Kyle hace rato que no la veo. Miro a Andy, acaba de regresar de poner gasolina. Yo estoy en el segundo piso recargada en el varandal mirando todo como si fuera un depredador analizando a mis presas. Decido bajar para interrogar a Andy.
-¿Todo bien? -pregunto.
-Si.
-¿A dónde iremos ahora?
-Tn, sabes que no puedo decirte. Kyle me mataría.
-Ella no está aquí.
-Lo siento, no voy a decirte.
La indiferencia de Andy me molesta.
-¿Qué ocurre con Chucky? ¿De verdad sabes en dónde está?
-¿Te refieres a Nica? Supongo. Tn, en palabras de Kyle eres impredecible y estoy deacuerdo con eso. Puedes pasar de estar tranquila a un segundo después provocar una explosión sin saber como. No quiero que nos traiciones, me ayudaste en el pasado y por eso no me he resistido a que nos acompañes.
-¿Es eso? O ¿le temes a que los arreste?
-¡Kyle quería matarte desde el primer día! ¡He estado evitandolo!
-No me hagas perder mi tiempo, Andy.
Subo las escaleras con pisadas fuertes, al llegar a mi habitación azoto la puerta con todas mis fuerzas para encerrarme. Siento mi sangre hervir, y mis emociones arder en un intento de calmarme y no demostrar que si soy impredecible.
Mis ojos se fijan en una sola cosa, el mini bar.
Isnpiro aire profundamente, mis manos tiemblan y mis ojos estan llorosos, siento mis emociones a su límite y mis sentimientos revueltos en una montaña rusa.
Rompo el candado del mini bar con ayuda de la lámpara que había sobre el mueble.
Me termino la última botella que hay de un trago para luego arrojar la botella con todas mis fuerzas a la pared.
Al fin decido calmar mi rabieta y acostarme en el suelo. Siento un ligero dolor de cabeza, nunca es bueno combinar licores, aunque edten en miniatura.
Ahí tirada escucho pasos que se dirigen hacia mi. Es Rojito. Mierda, había olvidado que estaba aquí, supongo que le asusto todo el ruido y hasta ahora decidió salir.
-Hey -saludo sin ganas desde el suelo.
-¿Estas bien? Escuche un fuerte ruido.
-¿Quieres hacerme compañía?
Miro al pelirrojo, en espera de que su respuesta sea afirmativa. Se ve sorprendido por mi repentina pregunta, yo incluso estoy sorprendida. Nunca me imaginé pedirle que se quedara, es como el hermano menor molesto que nunca te ha hecho nada, pero, te cae mal sin motivo aparente y sueles ignorarlo.