Capítulo 18

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—Gracias—susurró la rubia tomando la billetera y metiéndola en el bolsillo trasero de su pantalón.

Lena siguió el movimiento notando la piel expuesta de la rubia —Tienes una cicatriz—siguió hablando cuando la rubia la miró inexpresiva —justo debajo de tus costillas, aquí—sus suaves dedos rozaron la piel curada.

Kara hizo una mueca —Oh, si—dio un paso atrás abriendo más la puerta—Me la hice a los doce en una de las granjas de ganado que mi padre administró.

Instó a Lena en una invitación silenciosa a entrar, siguió hablando mientras caminaban al sofá.

—El señor Volkov, dueño de la granja, tiene dos hijos, Sasha y Viktor. Son igual de problemáticos incluso en la actualidad, pero yo no lo supe hasta muy tarde. Usualmente me quedaba en la oficina con mi padre, salí al baño y me encontré con Viktor y Sasha, salimos al establo y de regreso a la oficina me lanzaron al estiércol, corrí para golpear a Sasha y tropecé con un aspersor, uno de los soportes que sostienen los bebederos del ganado me causó esto—señaló su piel cicatrizada—me atravesó la piel y no podía levantarme, Sasha corrió de vuelta con mi padre a pedir ayuda y Viktor se quedó conmigo tratando de mantenerme de pie para no lastimarme más sintiéndose culpable.
Le dijeron a mi padre que traté de golpearlos y ellos solo se defendieron—se colocó una camiseta—Me castigaron en cuanto estuve curada como si no correr no hubiera sido castigo suficiente.

Lena se acunó a si misma imaginando cuán malo puede ser para una niña de doce años lastimarse de esa gravedad—Lo lamento tanto, debe ser difícil pasar por eso. Gracias por contarme.

—La primera vez que lo conté se burlaron de mí en la academia, por ser la torpe Kara—se rió del comentario amargo—Estuve una semana en el hospital y tres meses sin competir porque mi herida era "reciente" era mejor decir eso a humillarme más. Perdí mucho terreno frente al campeonato infantil.

—¿Eras piloto a los doce?—cuestionó intrigada.

—Desde los siete, en realidad. Inicié tarde. ¿Qué hay de ti, hay alguna cicatriz con historia?

La pelinegra negó, memorizando qué le había ocurrido igual de grave que a la rubia.

—Tengo una en mi rodilla, Lex me tiró de la bicicleta en el parque. Trató de arreglarlo con helado.

—A menos que fuera de vainilla no hay manera que yo lo hubiera perdonado—comentó con gracia.

—Era de menta.

—Debías tener algún defecto—se recostó en el sofá.

Lena tomó el comentario con humor y le golpeó el brazo con la punta de su pie.

—Auch, si me lastimas ahora no tendrás piloto mañana—advirtió sujetando el pie de la pelinegra.

Lena soltó una risa nerviosa al sentir el roce de los dedos en la superficie de su pie. Se retorció tratando de zafarse, encontró el rostro de Kara lleno de malicia.

—No te atrevas—susurró palabra por palabra con firmeza.

—¿O qué?—acercó su mano aún más a la pantorrilla para mantenerla cerca—¿Me golpearás, Luthor?

Justo en el momento que Kara deslizó su mano por el pie para generar cosquillas, Lena de los nervios pataleó y golpeó directo en el rostro de la rubia. Soltando un jadeo, Kara dejó libre su pie.

—Oh, lo siento tanto—se levantó del sofá acercándose a la rubia— déjame verte—separó las manos del rostro.

Una pequeña lágrima se deslizaba por su mejilla, la limpió delicadamente con su dedo.

Detrás de la línea de meta/SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora