Capítulo 14

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La conversación fluyó camino a casa, Kara se sinceró diciendo que no tenía hambre en realidad, solo sintió pánico en el momento a lo que Lena se enterneció, el contraste de imagen de la rubia cada día le descolocaba más.

Por un lado estaba Kara Zor-El, campeona de cada categoría que había pisado, valiente en dejar la escudería de su familia, dispuesta a todo por demostrar su talento, derrotando a sus compañeros y escuderías enteras, intimidando a sus rivales tan solo con vestir su traje.

Desde otro ángulo estaba conociendo a Kara, solo Kara y le encantaba eso, tener el privilegio de ver quién era la rubia cuando no estaba trabajando, cómo su rostro se sonrojaba con los comentarios halagadores, sus mejillas se inflaban de tanta comida que consumía, cómo sus gafas eran su espacio seguro y no un objeto diario. Tan solo en la cena de esa noche había visto una mínima parte de su lado protector. Y eso, le fascinaba.

Ante aquel último pensamiento, respiró hondo antes de ser capaz de preguntar.

—Kara, ¿Cada cuánto un dueño de equipo debe acudir a las cenas?—esperó la respuesta de la joven piloto.

—No es común que ustedes asistan, de hecho. Me pareció raro cuando Alex me habló sobre tu solicitud esta noche—se detuvo en un semáforo y giró su vista a la pelinegra.

Notó su mirada de confusión —Yo no le pedí a Alex que estuvieras presente —prosigió después del pequeño "¿Qué?" de la rubia—. Dijo que este tipo de cosas se hacen entre el dueño y el piloto, pero creo que es mentira— susurró lo último apenada.

—Ella, ella me dejó sin comer toda la tarde porque me envió aquí, incluso usé un estúpido vestido tratando de elegir mi vestuario—apuntó hacia su cuerpo —. Tengo suerte de haberlo ensuciado con una barra de chocolate.

La risa discreta de Lena le hizo aterrizar de sus pensamientos externados, sus mejillas se pusieron coloradas y Kara no había estado tan agradecida por la oscuridad como ahora.

—Te tomaron el pelo, este tipo de reuniones son también responsabilidad de John, aunque, estoy tan feliz de haber venido.

—No te veías muy feliz en la cena.

—Es que no lo notaste, pero te estaban comiendo con los ojos, fue—agitó su cabeza—. Asqueroso ver eso.

—¿Soy asquerosa?—arqueó su ceja.

—No inventes, sabes que no lo digo por eso. Eres en realidad muy hermosa y debo decir que si no trabajara para tí, te habría invitado a salir.

—La sonrisa en tu rostro me dice que aún así lo harías.

—Tengo prohibido tener una relación con mi jefe inmediato.

—No soy tu jefe inmediato, solo acepté que te contrataran—una sonrisa pícara llegó a su boca.

—Señorita Luthor, ¿Acaso soy yo o me está coqueteando?—Entró al estacionamiento subterráneo, pasando la caseta.

—¿Qué si así fuera?—dijo seria.

Parqueó el vehículo en el cajón del estacionamiento, aún con el auto encendido esperó una respuesta de la piloto.
La miró fijamente, siguiendo cada movimiento, la vió desabrochar su cinturón de seguridad y girarse en su lugar.

—Si así fuera—repitió—, perdería mi creencia de no relaciones de una noche.

—¿Ni siquiera un beso?—suspiró.

La rubia se perdió la mirada de esperanza que abordaban los ojos verdes de Lena, recostó su cabeza en el respaldo del asiento antes de decir:

—Ni uno solo.

Detrás de la línea de meta/SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora